Episode 462: 26 de Enero del 2025 - Devoción matutina para Jóvenes - ¨Hoy es tendencia¨
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DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2025
“HOY ES TENDENCIA”
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, USA
Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church
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|| www.drministries.org ||
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26 de Enero
Lapsus linguae
«Lo mismo pasa con la lengua; es una parte muy pequeña del cuerpo, pero es capaz de grandes cosas. ¡Qué bosque tan grande puede quemarse por causa de un pequeño fuego!». Santiago 3:5
Un lapsus linguae no es más que un «malentendido lingüístico», un «desliz» al hablar que seguramente has experimentado en algún momento de tu vida, como «comerte» una «s» o eliminar alguna sílaba de una palabra. Aunque este fenómeno pueda parecer normal e incluso inocente, un lapsus linguae puede tener consecuencias devastadoras.
En julio de 2021, CNN reportó que un «desliz» de un controlador de tráfico aéreo en el aeropuerto internacional Charles de Gaulle, en París, hizo que dos aviones estuvieran a tan solo 90 metros de colisionar. ¿Qué ocurrió? Resulta que un vuelo de United Airlines, proveniente de Nueva Jersey, se estaba preparando para aterrizar al mismo tiempo que un vuelo de EasyJet se alistaba para despegar hacia Málaga, España. El vuelo desde Nueva Jersey tenía asignada la pista 09L para su aterrizaje, mientras que el vuelo hacia Málaga debía despegar de la pista 09R. El controlador se confundió y le indicó al vuelo de Nueva Jersey que aterrizara en la pista 09R en lugar de la 09L. Para empeorar la situación, el controlador no tenía comunicación ni contacto visual con la pista 09R, por lo que no se percató del peligro.
Por suerte, para todos, el piloto al mando del avión que debía salir hacia España se percató del error, lo notificó a la torre de control y entonces le indicaron al avión que iba a aterrizar, que implementara maniobras evasivas y no hubo pérdidas humanas ni materiales que lamentar.
Esta historia demuestra que no se necesita premeditación y alevosía para dañar con nuestras palabras, basta con un «desliz», un momento de descuido, un lapsus linguae, para poner en peligro de colisión una relación o una empresa. También resulta claro que incluso en situaciones cotidianas, como el trabajo, la escuela o en casa, nuestras palabras tienen la capacidad de hacer mucho bien y sanar, así como de herir y destruir. Por eso te invito a decir como el salmista: «Que mis palabras y mis más íntimos pensamientos sean agradables a ti; Señor, roca mía y redentor mío» (Salmos 19: 14, NBV).
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