El jazz saca a flote una escuela y un barrio inundado de Valencia

Enfoque Internacional

Se cumple un mes de las inundaciones de Valencia, en España. Esta fue la región más afectada del fenómeno Dana, con 222 muertos. La gente sigue conmocionada y la normalidad todavía, muy lejos de recuperarse ya que muchas zonas siguen devastadas. Nuestro compañero Santi Carneri ha estado en la escuela de música Sedajazz, devastada por las riadas.

Qui portarà la pluja a escola?

Qui li dirà com s'ha de ploure?

al meu país la pluja no sap ploure”

“En mi país la lluvia no sabe llover, si llueve poco es la sequía, si llueve mucho es un desastre", dice esta canción del compositor valenciano Raimon, interpretada por la Sedajazz Kids Band de Valencia.

Sedajazz es un colectivo musical y una institución de referencia internacional. Niños y adultos aprenden aquí desde hace ya 30 años. Pero en media hora su escuela, que imparte clases a más de 200 estudiantes, quedó anegada bajo el agua y el fango el pasado 29 de octubre. Las siete personas que estaban trabajando no podían salir. El agua les llegaba a la cintura cuando lograron refugiarse en el piso de arriba.

“Hay muchos daños materiales. Teníamos instrumentos de bastante valor, pianos, saxofones, trombones, partituras inéditas, algunos profesores perdieron dos coches y a nivel de mobiliario, también”, explica Juan Tamarit, profesor de piano.

Por la mañana el escenario era desolador. El barro lo cubría todo: partituras, instrumentos, equipos y muebles... Y alumnos y profesores sin poder salir de sus casas.

“Por desgracia, muchos de ellos vivían en las zonas cercanas y han sufrido las consecuencias en primera persona”, añade.

Judith Roig, alumna y cantante de 26 años, colaboró con las tareas de limpieza. “Estuve yendo a limpiar al inicio, estuve en seda jazz, (..) y eso también me ayuda un poco a fijar mi atención solo en eso en ir a ayudar a algún sitio y en no pensar en lo que estaba implicando semejante catástrofe”, dice.

Y así comienza el lado bueno de esta historia. Nos lo cuenta Aitana Menarguez, otra alumna de la escuela de 23 años: “A medida que pasaban los días, veía más gente dispuesta a ayudar más cantidad de voluntarios y de ayuda también oficial por así decirlo, entonces eso creo que me fue calmando un poco más y me fue permitiendo relajarme más en ese sentido y poder dedicar más tiempo a mi rutina a mi trabajo o a mi vida personal”.

Desde entonces, las ofertas de ayuda no han cesado.

“Desde el primer momento, tanto toda la comunidad de la escuela como gente que pasaba por allí y que no nos conocía de nada se ha volcado de una manera increíble. Y nos han ayudado para la reconstrucción, pues mucha gente está queriendo aportar instrumentos”, agrega.

Y por eso han abierto una campaña de crowdfunding que ya ha recaudado unos 31.000 euros. Una cantidad que van a compartir con el vecino centro de La Torre para personas con diversidad funcional que también ha quedado devastado.