Episode 455: 15 de Diciembre de 2024 - Devoción Vespertina - ¨Salmos¨
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DEVOCIÓN MATUTINA VESPERTINA
“SALMOS
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church
15 DE DICIEMBRE
SALMO 51
«Contra ti he pecado, solo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable» (SAL. 51:4).
Este es un hermoso salmo de confesión en el cual, después de pecar contra Betsabé y contra Urías, el rey David suplica el perdón del Señor. David pide a Dios que tenga misericordia de él. Después de su pecado se acerca al Señor con la actitud apropiada, orando hacia el cielo con un corazón quebrantado y humillado (v. 17), y reconociendo que no ha pecado tan solo contra su prójimo, sino que ante todo ha pecado contra el Señor su Dios (v. 4).
Después de la exhortación del profeta Natán, quien fue instrumento en las manos de Dios para mover el corazón de David al arrepentimiento, el rey confiesa sus rebeliones y reconoce que el pecado está en él aun desde antes de nacer (v. 5), suplicando el perdón perfecto de Dios. El salmista clama pidiéndole al Señor que lo purifique por completo. Sin duda solo Dios tiene la facultad de cambiar a las personas, y David ruega por un cambio auténtico. No ruega que Dios cambie sus actos, ni sus manos, ni sus pensamientos, ni sus hábitos, ni tampoco las circunstancias que le rodean… porque David sabe muy bien dónde radica el centro del cambio duradero y de dónde proviene su pecado. Por esta razón, David ruega a Dios que cambie su corazón: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio» (v. 10), pidiéndole al Señor que le purifique para poder volver a sentir de nuevo el gozo de la salvación (v. 12).
Este es el principio del cambio verdadero. El alma que ha sido verdaderamente redimida es la que publicará alabanzas al Señor con mayor gozo y mayor prontitud (v. 15). Cuando experimentamos el perdón de Dios en nuestras vidas nuestros labios se alegran de poder pregonar lo que Dios ha hecho con nosotros, pobres pecadores. La Palabra de Dios es una gran evidencia de ello. La Biblia está llena de hombres y mujeres imperfectos que fueron restaurados por la gracia de Dios y dieron testimonio de ello anunciando la bondad de Dios; la Iglesia de hoy está así mismo llena de pecadores que han sido transformados y pregonan que antes eran ciegos, pero ahora ven. Todos debiéramos confesar a Dios nuestras faltas y pecados, y al recibir Su generoso perdón debiéramos de enseñar a los transgresores sus caminos (v. 13).
Examina hoy tu propio corazón. ¿le has confesado a Dios tus pecados? Este salmo enseña que Dios ama la verdad en lo íntimo (v. 6). Dios conoce todos los pensamientos que hay en ti, aun en lo más recóndito de tu alma. ¿Crees que no hay nada de lo cual hayas de arrepentirte en tu vida? Ruégale hoy Su perdón, con un espíritu contrito y verdaderamente humillado. Quiera el Señor escuchar tu confesión y devolverte el gozo de la salvación al saber que has sido verdaderamente perdonado de todos tus pecados por la sangre del Señor Jesús. Dios se complace en ello, porque «el sacrificio que [le] agrada es un espíritu quebrantado» (v. 17).
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