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Cómo aprovechar el verano para estudiar Yoga

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Tus días libres son una oportunidad para potenciar tu práctica de Yoga y desarrollo personal


Puedes escuchar el episodio en el reproductor de arriba o ver el vídeo

El verano como tiempo personal

Hola Sadhakas, ¿qué tal? Yo me acuerdo siempre que de pequeño me interesaba como que ponía mucho foco en aprovechar las vacaciones. Claro, de pequeño tienes ¿cuántos son? Tres meses de vacaciones o algo así y yo recuerdo que yo me iba un mes con mis padres de vacaciones por ahí y nos íbamos normalmente todo el mes de julio y yo me llevaba una mochila repleta de de libros, de discos, de apuntes, de cosas que quería aprovechar en verano. Es decir, que quería aprovechar el tiempo de vacaciones pues para para meterme con todo eso.

Claro, cuando vas al cole, bueno pues tienes que hacer las tareas, los deberes como queramos llamarlo y además tenemos que leer los libros que nos que nos mandan y aprender una serie de cosas que la verdad es que no estaba muy interesado en ellas, necesarias o no, eso ya es otra conversación. Pero yo me acuerdo que aprovechaba el verano, entonces el verano era para mí, son mis días, es mi tiempo y allá donde fuésemos pues yo me llevaba pues eso, una pila de cosas para hacer. Evidentemente siempre se quedaba alguna sin hacer o algún libro sin leer pero yo me iba bien cargado y creo que cuando tenemos días libres merece la pena aprovecharlos.

Aquí estamos evidentemente en un ámbito de Yoga, de desarrollo personal, de meditación y creo que es genial cuando tenemos vacaciones, cuando tenemos días libres para poder aprovecharlos también en ese sentido. Y yo os voy a dar algunas ideas para que podamos aprovechar más el verano en aquello que nos interesa. Fijaos que no lo digo como algo obligatorio, no lo digo como algo de ahora que tengo tiempo, tengo que aprovecharnos, no hay el tengo que sino el decir oye ahora que hay tiempo, qué guay ¿no? que puedo aprovecharlo para una serie de cosas que son las que yo os voy a proponer.

Habrá muchas más, seguro que se os ocurren muchas más pero bueno yo os voy a compartir aquí las mías, las que yo suelo hacer, las que se me ocurren y demás. Entonces, oye ¿cómo puedo aprovechar el verano para potenciar, para mejorar, para profundizar en mi estudio de Yoga? La práctica en verano a mí me gusta que sea una práctica más cortita, más ligera. Yo he hablado en otras ocasiones del poder de los 20 minutos.

Clases cortas y prácticas ligeras

Hay gente que le parece poco en el curso de Yoga hay lecciones hasta de casi dos horas, bueno no, hay hasta de más de dos horas pero luego hay prácticas cortitas y en verano o en días libres, vamos a llamar cuando tenemos vacaciones o días libres, podemos aprovechar para practicar más o a lo mejor queremos practicar de otra manera pero también aprovechar ese día libre como tal.

Me explico, ¿por qué no hacer una clase corta de unos 20 o 30 minutos que podemos meterlo en cualquier momento? La premisa además, oye, que sean cosas ligeras, que podemos hacer en cualquier sitio, que sólo nos haga falta el antideslizante o como mucho un cinturón que nos podamos llevar por ahí porque 20 minutos lo vamos a poder meter de práctica en cualquier momento, en cualquier sitio.

Allá donde vayamos y vamos a aprovechar, vamos a mantener nuestra práctica, nuestra rutina pero sin que esto o sin que ésta interfiera en que, oye, a lo mejor me voy una semana por ahí o me voy 15 días de vacaciones con mi pareja o con unos amigos o yo solo y quiero aprovechar para hacer cosas porque el resto del año a lo mejor no puedo estar en esa playa o en esa montaña pero 20 minutos lo puedo meter en cualquier momento. Entonces, oye, ¿por qué no dedicarme a hacer clases 20 minutos? Pues con un poco de foco, por ejemplo, en la movilidad, en la flexibilidad o quizá en la potencia y en la fuerza o en la ligereza y la pasividad.

De esta manera, como digo, podemos seguir mejorando sin que sea algo impuesto, algo pesado para los días libres. Entonces, fijaos que la premisa es, oye, tengo días libres, puedo aprovechar para, pero quizá estoy con alguien y no quiero, oye, dos horas de práctica. Bueno, pues puedo practicar 20 o 30 minutos dándole movilidad articular, flexibilidad, un poquito de fuerza, de potencia, ¿vale? Entonces, eso sería como la primera cosa para, oye, cómo aprovechar mis días libres para profundizar en mi práctica de Yoga.

Bueno, profundizar 20 minutos es poco, pero sí que puedo mantener y sí que puedo explorar, que también está muy bien. Lo segundo, ¿qué haría? Pues fíjate que te digo, oye, practica 20 o 30 minutos, pero por otro lado te diría, practica sin tiempo, porque muchas veces estamos supeditados al tiempo fijo de una clase.

Por ejemplo, en el curso de Yoga nosotros tenemos las clases en directo y quizá, y vamos a seguir con las clases en directo también en verano, siempre, siempre en vacaciones tenemos las mismas clases, pero imagínate que dices, oye, pero yo estoy en la montaña o estoy en la playa, no puedo asistir a la clase en directo y luego no la quiero ver grabada, o no me quiero meter una clase de una hora, y tampoco quiero hacer una clase de 20 minutos, simplemente practicar sin tiempo.

Practica Yoga sin tiempo fijo

Sin tiempo, tengo un ratito, me pongo a practicar y a lo mejor no a una práctica tan regular. Yo sabéis que abogo siempre por las secuencias bien estructuradas, pero oye, tampoco está nada mal el decir, practico sin tiempo. Me voy al antideslizante, hago un poquito de movilidad de caderas, hago un poquito de movilidad de columna, hago un poquito de apertura de pecho, de estiramiento de piernas, sin tiempo, me voy sintiendo, voy notando lo que hago, no sé cuánto tiempo tengo, o no quiero saber cuánto tiempo tengo, pues simplemente practico, disfruto, me exploro.

Cuando practicamos sin objetivos, la práctica es mucho más bonita, porque en el yoga pasa una cosa que normalmente tenemos como ese objetivo de mejorar, ese objetivo de… recordamos el dibujo o la imagen de la postura perfecta, y muchas veces nos sentimos atrapados con eso y se nos escapa el Yoga.

¿Por qué no sentirnos? ¿Por qué no aprovechar el verano? Y decir, me voy 15 días a la montaña, me llevo un antideslizante y sin tiempo simplemente voy a explorar algunas cosas de movilidad, de aperturas o de fuerza o de equilibrio, voy a mejorar un poco mi equilibrio y me pongo a hacer Vrksasana, Garudasana y todas sus preparativas en el suelo, en el espacio con una silla, al lado de una pared, luego voy explorando en la postura final, exploro, me siento, me siento de sentir, de sentarnos también. Y luego podemos tener una práctica de mínimos, ¿no?

Práctica de mínimos

Por otro lado, oye, pues mira, yo es que no quiero ni comprometerme 20 minutos, tampoco sé si… No sé, tampoco me quiero comprometer a sentirme, a explorarme, pero sí es verdad que lo que no quiero es perder estiramiento en las piernas.

Oye, pues un mínimo de, me llevo un cinturón, un cinturón que cabe en cualquier sitio, y al menos me dedico, o sea, con un cinturón podemos estirar las piernas dos veces por cada lado, dos minutos por vez, y en cinco minutos al menos hemos hecho un mínimo, que es muy poco, que sí, que ya lo sé, que es muy poco, sí, es verdad, pero ¿sabéis qué es menos que eso? No hacer nada. No hacer nada es menos que cinco minutos de estiramiento de piernas. Es que es muy poco cinco minutos, pero no hacer nada es menos.

Entonces, oye, ¿por qué no mantenemos unos mínimos en verano? Y decimos, me llevo un cinturón, estiro las piernas, cinco minutos, cien minutos. O no, simplemente, normalmente voy rígido de caderas. Oye, me pongo en vida lásana, y hago un poco de movilidad de caderas, de círculos, me tumbo en el suelo boca abajo, despego los pies del suelo y permito que las piernas caigan hacia los lados, hago círculos, hago zigzag o tijera que va para las caderas y para la lumbar.

¿Por qué no? Mínimos, cadera y lumbar, cinco minutos. Apertura de pecho, me pongo en tadasana cerca de una pared, a medio metro de la pared, hago tadasana y empiezo a llevar las manos hacia atrás, a ver si toco la pared. Y me dedico a la apertura del pecho, cinco minutos, y a la movilidad del diafragma y a la mejora de la respiración.

O sea, una práctica de mínimos. Y nos vamos de la práctica, pero quizá podemos profundizar, llevamos tres cosas, ¿no? Como, oye, clases cortas de unos 20 minutos, practicar sin tiempo, que eso pueden ser 10 minutos o 110 minutos, los mínimos, es decir, oye, cinco o diez minutos de estirar las piernas, etcétera, lo que acabo de decir. Pero luego podemos irnos a, oye, otras cosas del yoga.

Otras ramas del árbol del Yoga

El Yoga sabemos que no son solo las posturas, no son solo las asanas. ¿Por qué no coger ese libro de mantras y dedicarnos a la recitación de mantras? Probarnos un mantra, ver cómo nos sienta, repetirlo. Oye, el Hare Krishna.

¿Qué tal el Hare Krishna? Y me dedico a repetir Hare Krishna Hare Rama. Y me estoy un buen rato con eso. Quizá estoy caminando, quizá estoy sentado.

Oye, no, otro mantra. O qué tal los mantras budistas. Om Mani Padme Hum, este que es tan famoso.

Venga, voy a repetirlo, a ver cómo resuena en mí. Fijaos, es muy importante porque no todos los mantras resuenan en todos por igual. Y hay mantras, millones de mantras, y hay mantras en todas las tradiciones o en muchas tradiciones.

Oye, voy a ver, yo siempre os hablo del libro de mantras de Swami Vishnu de Vananda, meditación y mantras. El otro día compartí en el grupo de meditación, este grupo gratuito, que podéis entrar cuando queráis, y compartí por telegrama el libro de, un libro de Gelsang Gyatso, en el que hay visualizaciones, mantras. Oye, ¿por qué no explorar estos mantras en verano? Otras cosas del yoga, ¿vale? No, no tienen que ser mantras, pero digo, otras cosas, otras cosas del yoga.

¿Por qué no cojo un yama o un niyama? Lo estudio, igual, lo exploro. Veo a ver, me detengo un poquito a ver cómo de integrado tengo ese yama y ese niyama. Lo que os digo, otras cosas del yoga.

La concentración, hacer una kíni inconsciente, una caminata consciente, un ratito de silencio, como antarmauna. Otras cosas del yoga, no solo asanas, sino otras cosas del yoga. Hay una muy buena idea, que yo siempre comento para hacerlo durante todo el año, pero que quizá durante todo el año hay gente que no se mete con la dinámica durante todo el año, pero puede aprovechar el verano.

Practicar mantras y llevar un diario espiritual

¿Para qué? Para llevar un diario. Fijaos, Swami Sivananda, en Caminos seguros para el éxito en la vida y la realización de Dios, un libro maravilloso, magnífico. Si no lo habéis leído, leedlo.

Os puede cambiar la vida totalmente, de verdad, no es una broma. Y nos insta a muchas cosas, pero nos insta a llevar un diario espiritual. Entonces, bueno, si queremos llamarlo, o sea, podemos llamarlo diario.

¿Recordáis la frase de Wayne Dyer? Tenemos que decidir si somos seres físicos que a veces tenemos una experiencia espiritual, o si somos seres espirituales teniendo una experiencia física. Lo digo, lo mezclo con lo del diario, porque bueno, no sé, o sea, está guay, ¿no? A mí me encanta la frase de Sivananda, ¿no?, de llevar un diario espiritual. Porque ahí lo que dice, y en el libro lo tenéis, son como, oye, unos mínimos a qué hora me he levantado, si he recitado mantra, si he hecho meditación, si he practicado yoga, si he practicado el pranayama, si he llevado una alimentación vegetariana y demás, ¿vale? O sea, eso es como muy concreto lo que propone Suami Sivananda, ¿no?, en el diario espiritual.

Pero yo os digo, oye, podemos llevar un diario, y si tenemos una experiencia espiritual, el diario va a ser un diario espiritual. Entonces, oye, ¿no llevamos un diario normalmente? ¿Por qué no hacerlo en verano, aunque sean sólo esos días libres que tenemos? Y perdonad que he dicho verano, y no me quiero centrar en lo que es verano, sino en días libres, cuando tenemos días libres. ¿Por qué no llevamos ese diario espiritual? No hace falta que… Puede ser que lo llevemos como nos indica Sivananda, pero simplemente puede ser de nuestras vivencias, de lo que queramos.

Yo siempre comparo el llevar un diario con la práctica de la meditación, porque es un paso muy reflexivo que hacemos cada día, y que nos mete en nuestra vida, y somos más conscientes de lo que vamos haciendo, de lo que estamos haciendo. Entonces, ¿por qué no llevar un diario, o un diario espiritual? Otra idea, la lectura de ese libro que siempre tenemos pendientes de leer. Y lo mezclo con, ¿por qué no llevar apuntes con ese libro? Si no queremos que sea muy estructurada la cosa, pero recordad, estamos aprovechando que tenemos tiempo, que tenemos días libres.

Lectura y estudio profundo

Estamos como, qué guay, que puedo coger eselibro… La actitud es esa, ¿no? El punto es, qué guay, tengo tiempo, voy a coger ese libro que tengo pendiente, y además, oye, voy a tomar apuntes, voy a profundizar en el libro, me lo voy a tomar de otra manera. Realmente, cuando tomamos apuntes o notas de un libro, nos deja tiempo para reflexionar en sus enseñanzas, sean técnicas, teóricas, filosóficas o emocionales. Porque cuando tomamos notas, esto es como que se hace en parte de nosotros.

Es como que realmente se queda en sus palabras, en nuestra conciencia. Incluso, y esto es muy importante, incluso aunque no lo recordemos, aunque no recordemos las palabras, se queda el mensaje en lo profundo de nosotros. Esto no es esotérico ni nada, esto es palo y real.

Así que, oye, ¿por qué no aprovechar estos días libres para sumergirnos en esa bonita lectura, en ese libro que tenemos pendiente? Otra idea, la meditación. Llevamos meses con un grupo de meditación abierto a todos, uno o dos días en semana nos juntamos a hacer meditación. No es que solo lo hagamos uno o dos días en semana, es simplemente tener la excusa y el recordatorio de, oye, podemos sentarnos y fijaos que duran 10 minutos, 15 minutos como mucho.

¿Por qué? Porque es también como los mínimos. Entonces, oye, ¿y si digo ahora que tengo días libres? Oye, pues 10 minutos de silencio voy a hacer, de concentración, de meditación. Incluso fijaos que podemos ir mezclando cosas.

Puedo coger y en ese diario, oye, pues he empezado a hacer 10 minutos de meditación cada día y anotar cómo me siento. Quizá lo mezclamos con un libro que estamos leyendo y anotamos alguna frase. Fijaos que lo digo a modo de disfrute, porque tenemos que disfrutar de la vida.

No lo digo como algo que tenemos que hacer, sino que como algo que podemos hacer. Ya tenemos que hacer muchas cosas, entre comillas, en nuestro día a día y en esos días libres, por eso decía al principio lo de cuando me iba con mis padres de vacaciones y aprovechaba y me oía todos los discos que podía, leía todo lo que podía, que no tenían nada que ver con el colegio y profundizaba en eso. Oye, quiero decir que quizá estoy diciendo muchas cosas, pero fijaos que puede ser tan disfrute como me levanto, hago un poco de movilidad, hago 10 minutos de meditación y escribo un poquito en el diario y en menos de media hora le hemos dado un chute a nuestro, es que iba a decir ser espiritual, pero si es que siempre estamos siendo espirituales.

Aprendiendo secuencias de Yoga

Pero bueno, ya me entendéis, ya me entendéis. Entonces, oye, otra idea, la meditación, está bien, 5-10 minutos o un paseo consciente, ¿vale? Otra idea, podemos aprovechar y profundizar en alguna materia que tenemos pendiente. Por ejemplo, a mí muchas veces los alumnos me dicen, he aprovechado el verano, esto me pasa todos los veranos, he aprovechado el verano y me he hecho el curso de anatomía, he aprovechado el verano y me he hecho el curso de biomecánica o me he hecho el curso de no sé qué.

Los profesores, por ejemplo, lo que pasa es que ahora viene la otra idea, pero los profesores, bueno, ya lo uno, dejadme que una la otra idea, que era, oye, si soy profesor, lo que puedo hacer es preparar mis secuencias para el verano, para el año que viene, o aprender a mejorarlas.

Entonces, hay un montón de profesores que me dicen, he aprovechado el verano y me he hecho el curso de secuenciación. Yo os voy a dejar enlazadas unas 60 secuencias con fotos, tiempos y demás, ¿vale? Que, si sois solo alumnos, podéis practicarlas perfectamente, también en vacaciones, también en días libres, y si sois profesores podéis estudiarlas y ver, oye, a ver cómo secuencia este tío aquí, esto, otro, ah, pues mira, pues yo aquí me gusta esta secuencia, pero aquí yo cambiaría esto.

Pues cambiadlo, ponedle con sentido, oye, lo voy a cambiar porque yo creo que mis alumnos pueden hacer esto aquí mejor, o esto les va a venir peor, porque ya les conozco y van más tensos de esto, van más rígidos de aquello. Entonces, oye, si soy profesor, yo os dejo ahí las 60 secuencias. ¿Quieres practicarlas? Prácticalas.

Prepara tu nueva temporada como profesor de Yoga

¿Eres profesor? Estudialas, míratelas, ¿vale? Entonces, oye, y hay muchos alumnos que dicen, oye, aprovecho para profundizar y me hago el curso de anatomía. ¿No eres alumno? ¿No vas a hacer el curso de anatomía? Cómprate un libro de anatomía. Cómprate un libro de anatomía.

Anatomía con orientación clínica, por ejemplo, que es uno de los que, del señor Moore, que es uno de los que yo siempre recomiendo. Te lo compras, lo coges en la biblioteca, por ejemplo, es una muy buena práctica, y te lo estudias y aprovechas el verano para profundizar. Oye, no, no, quiero profundizar en biomecánica.

¿No eres del curso? ¿No te quieres apuntar? Vete a la biblioteca y coges los libros de Adalbert Capanji y te estudias la biomecánica desde ahí y aprovechas el verano o los días libres, como digo, desde el disfrute. ¡Oh, qué bien que ahora tengo tiempo, me puedo coger en la biblio ese libro de anatomía y estudiármelo! ¿Eres del curso? ¿Te puedes hacer el curso de anatomía, el de biomecánica, el de las secuencias? Muchos otros que hay. O profundizar en lesiones, por ejemplo.

Oye, voy a comprarme un libro o en el curso que hay un montón de módulos terapéuticos para lesiones. Voy a ver qué hago, qué no hago. Y luego, evidentemente, está otra idea.

No hacer

Y con esta finalizo. No hacer. No hacer.

Mucha gente está muy estresada. Mucha gente hace demasiadas cosas. Y quizá lo que tenemos que hacer cuando tenemos días libres es no hacer.

Pasear, oír música. Yo no soy de leer novela, pero a lo mejor leer novela. El otro día le dije a una amiga, te viene bien leerte una novela.

Pero, ¿cómo? Digo, sí, sí. Te va a venir genial leerte una novela. Justo por WhatsApp, lo comentaba con otra amiga y le recomendó una novela policíaca.

Y fuimos a comprar la novela. Y al día siguiente, no, no tardó más. Y al día siguiente me dijo, de una sentada, 60 páginas, me está encantando el libro.

De verdad que es lo que me hacía falta. Desconectar así, totalmente. Tenía unos días libres, sin niños ni nada.

Y podía haber aprovechado y haberse cogido un libro de biomecánica. Ya iba demasiado saturada y la novela le está yendo bien. Entonces, no hacer, no hacer nada.

De hecho, el no hacer, si es consciente, mola mucho más. Soy consciente de que no voy a hacer nada, de que voy a pasear. Pero pasea, disfruta.

Disfruta de lo que hay. Porque tumbarnos sin más. O sea, también mola.

Yo no digo que no. Pero bueno, el podcast es de cómo aprovechar. Entonces, cómo aprovechar no haciendo nada es siendo conscientes de que no estoy haciendo nada.

Conscientes del descanso. Conscientes de que me da el sol. Conscientes de que me da el aire.

Conscientes del verde de la montaña. Conscientes del azul del mar. Conscientes de la tierra, de la playa, tocando mis pies.

Y así que aprovechamos el no hacer nada. Yo hay muchas veces que hago ese no hacer nada. Ese no hacer nada consciente.

Que es como súper guay, porque es como muy fluido. No es un no hacer nada consciente de soy consciente de cada mole. No, no, no.

Es como como decía Bruce Lee. Sea agua. Madre mía, cuánta sabiduría hay en esas palabras.

Así que bueno, yo os voy a dejar un enlace, un enlace directo a 60 secuencias. Bueno, unas 60. No sé si hay 58 o 63.

Entonces, si alguien las cuenta, que a lo mejor no son 60 justamente. Y os voy a dejar también el enlace a una clase del curso gratis. La podéis hacer.

Es una clase de 20 minutos, como lo primero que he propuesto. Una clase de 20 minutos para que veáis que en 20 minutos. Es que es una clase guay, porque en 20 minutos dices, ostras, es que me ha cambiado totalmente el día.

Si lo hago por la mañana, voy a tener energía para todo el día. Y han sido 20 minutos. Así que estas son mis propuestas para aprovechar cuando tengo días libres.

Aprovecharlos y aprovecharlos de verdad. Yo os veo en el curso. Ya sabéis, tenemos un curso en callateayoga.com con cientos de lecciones, cientos de propuestas.

No solo hay clases de asanas, que hay clases de asanas por un tubo. Hay clases en directo. Vamos a mantener las clases en directo todo el verano.

Creo que menos una semana, pero el resto las vamos a mantener todo el verano. Y hay esas lecturas, esos cursos, hay de todo para que también podáis profundizar y aprovechar. Si queréis, nos vemos en el curso de yoga para gente normal.

Vamos a seguir haciendo tutorías en verano también. Siempre. Hay días libres, da igual, en diciembre, en navidad.

Nosotros siempre metemos en una tutoría y nos juntamos para hablar, para conectarnos, para estar también, que es importante, en contacto con la práctica. Con la práctica de todo lo que he dicho. No solo con la práctica de asana, con la práctica de leer, con la práctica de caminar, con la práctica de disfrutar, de que veo las hojas de los árboles mecerse con el viento.

Estar en contacto con gente también es importante. Así que, si queréis, nos vemos en el Curso de Yoga para gente normal. Espero que tengáis más salud, que estéis cerca de las personas que amáis y que os sintáis seguros y en paz.

Un beso, un abrazo.

Namaste.


⇣ Nos vemos en la Sala de Práctica

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El verano como tiempo personal

Hola Sadhakas, ¿qué tal? Yo me acuerdo siempre que de pequeño me interesaba como que ponía mucho foco en aprovechar las vacaciones. Claro, de pequeño tienes ¿cuántos son? Tres meses de vacaciones o algo así y yo recuerdo que yo me iba un mes con mis padres de vacaciones por ahí y nos íbamos normalmente todo el mes de julio y yo me llevaba una mochila repleta de de libros, de discos, de apuntes, de cosas que quería aprovechar en verano. Es decir, que quería aprovechar el tiempo de vacaciones pues para para meterme con todo eso.

Claro, cuando vas al cole, bueno pues tienes que hacer las tareas, los deberes como queramos llamarlo y además tenemos que leer los libros que nos que nos mandan y aprender una serie de cosas que la verdad es que no estaba muy interesado en ellas, necesarias o no, eso ya es otra conversación. Pero yo me acuerdo que aprovechaba el verano, entonces el verano era para mí, son mis días, es mi tiempo y allá donde fuésemos pues yo me llevaba pues eso, una pila de cosas para hacer. Evidentemente siempre se quedaba alguna sin hacer o algún libro sin leer pero yo me iba bien cargado y creo que cuando tenemos días libres merece la pena aprovecharlos.

Aquí estamos evidentemente en un ámbito de Yoga, de desarrollo personal, de meditación y creo que es genial cuando tenemos vacaciones, cuando tenemos días libres para poder aprovecharlos también en ese sentido. Y yo os voy a dar algunas ideas para que podamos aprovechar más el verano en aquello que nos interesa. Fijaos que no lo digo como algo obligatorio, no lo digo como algo de ahora que tengo tiempo, tengo que aprovecharnos, no hay el tengo que sino el decir oye ahora que hay tiempo, qué guay ¿no? que puedo aprovecharlo para una serie de cosas que son las que yo os voy a proponer.

Habrá muchas más, seguro que se os ocurren muchas más pero bueno yo os voy a compartir aquí las mías, las que yo suelo hacer, las que se me ocurren y demás. Entonces, oye ¿cómo puedo aprovechar el verano para potenciar, para mejorar, para profundizar en mi estudio de Yoga? La práctica en verano a mí me gusta que sea una práctica más cortita, más ligera. Yo he hablado en otras ocasiones del poder de los 20 minutos.

Clases cortas y prácticas ligeras

Hay gente que le parece poco en el curso de Yoga hay lecciones hasta de casi dos horas, bueno no, hay hasta de más de dos horas pero luego hay prácticas cortitas y en verano o en días libres, vamos a llamar cuando tenemos vacaciones o días libres, podemos aprovechar para practicar más o a lo mejor queremos practicar de otra manera pero también aprovechar ese día libre como tal.

Me explico, ¿por qué no hacer una clase corta de unos 20 o 30 minutos que podemos meterlo en cualquier momento? La premisa además, oye, que sean cosas ligeras, que podemos hacer en cualquier sitio, que sólo nos haga falta el antideslizante o como mucho un cinturón que nos podamos llevar por ahí porque 20 minutos lo vamos a poder meter de práctica en cualquier momento, en cualquier sitio.

Allá donde vayamos y vamos a aprovechar, vamos a mantener nuestra práctica, nuestra rutina pero sin que esto o sin que ésta interfiera en que, oye, a lo mejor me voy una semana por ahí o me voy 15 días de vacaciones con mi pareja o con unos amigos o yo solo y quiero aprovechar para hacer cosas porque el resto del año a lo mejor no puedo estar en esa playa o en esa montaña pero 20 minutos lo puedo meter en cualquier momento. Entonces, oye, ¿por qué no dedicarme a hacer clases 20 minutos? Pues con un poco de foco, por ejemplo, en la movilidad, en la flexibilidad o quizá en la potencia y en la fuerza o en la ligereza y la pasividad.

De esta manera, como digo, podemos seguir mejorando sin que sea algo impuesto, algo pesado para los días libres. Entonces, fijaos que la premisa es, oye, tengo días libres, puedo aprovechar para, pero quizá estoy con alguien y no quiero, oye, dos horas de práctica. Bueno, pues puedo practicar 20 o 30 minutos dándole movilidad articular, flexibilidad, un poquito de fuerza, de potencia, ¿vale? Entonces, eso sería como la primera cosa para, oye, cómo aprovechar mis días libres para profundizar en mi práctica de Yoga.

Bueno, profundizar 20 minutos es poco, pero sí que puedo mantener y sí que puedo explorar, que también está muy bien. Lo segundo, ¿qué haría? Pues fíjate que te digo, oye, practica 20 o 30 minutos, pero por otro lado te diría, practica sin tiempo, porque muchas veces estamos supeditados al tiempo fijo de una clase.

Por ejemplo, en el curso de Yoga nosotros tenemos las clases en directo y quizá, y vamos a seguir con las clases en directo también en verano, siempre, siempre en vacaciones tenemos las mismas clases, pero imagínate que dices, oye, pero yo estoy en la montaña o estoy en la playa, no puedo asistir a la clase en directo y luego no la quiero ver grabada, o no me quiero meter una clase de una hora, y tampoco quiero hacer una clase de 20 minutos, simplemente practicar sin tiempo.

Practica Yoga sin tiempo fijo

Sin tiempo, tengo un ratito, me pongo a practicar y a lo mejor no a una práctica tan regular. Yo sabéis que abogo siempre por las secuencias bien estructuradas, pero oye, tampoco está nada mal el decir, practico sin tiempo. Me voy al antideslizante, hago un poquito de movilidad de caderas, hago un poquito de movilidad de columna, hago un poquito de apertura de pecho, de estiramiento de piernas, sin tiempo, me voy sintiendo, voy notando lo que hago, no sé cuánto tiempo tengo, o no quiero saber cuánto tiempo tengo, pues simplemente practico, disfruto, me exploro.

Cuando practicamos sin objetivos, la práctica es mucho más bonita, porque en el yoga pasa una cosa que normalmente tenemos como ese objetivo de mejorar, ese objetivo de… recordamos el dibujo o la imagen de la postura perfecta, y muchas veces nos sentimos atrapados con eso y se nos escapa el Yoga.

¿Por qué no sentirnos? ¿Por qué no aprovechar el verano? Y decir, me voy 15 días a la montaña, me llevo un antideslizante y sin tiempo simplemente voy a explorar algunas cosas de movilidad, de aperturas o de fuerza o de equilibrio, voy a mejorar un poco mi equilibrio y me pongo a hacer Vrksasana, Garudasana y todas sus preparativas en el suelo, en el espacio con una silla, al lado de una pared, luego voy explorando en la postura final, exploro, me siento, me siento de sentir, de sentarnos también. Y luego podemos tener una práctica de mínimos, ¿no?

Práctica de mínimos

Por otro lado, oye, pues mira, yo es que no quiero ni comprometerme 20 minutos, tampoco sé si… No sé, tampoco me quiero comprometer a sentirme, a explorarme, pero sí es verdad que lo que no quiero es perder estiramiento en las piernas.

Oye, pues un mínimo de, me llevo un cinturón, un cinturón que cabe en cualquier sitio, y al menos me dedico, o sea, con un cinturón podemos estirar las piernas dos veces por cada lado, dos minutos por vez, y en cinco minutos al menos hemos hecho un mínimo, que es muy poco, que sí, que ya lo sé, que es muy poco, sí, es verdad, pero ¿sabéis qué es menos que eso? No hacer nada. No hacer nada es menos que cinco minutos de estiramiento de piernas. Es que es muy poco cinco minutos, pero no hacer nada es menos.

Entonces, oye, ¿por qué no mantenemos unos mínimos en verano? Y decimos, me llevo un cinturón, estiro las piernas, cinco minutos, cien minutos. O no, simplemente, normalmente voy rígido de caderas. Oye, me pongo en vida lásana, y hago un poco de movilidad de caderas, de círculos, me tumbo en el suelo boca abajo, despego los pies del suelo y permito que las piernas caigan hacia los lados, hago círculos, hago zigzag o tijera que va para las caderas y para la lumbar.

¿Por qué no? Mínimos, cadera y lumbar, cinco minutos. Apertura de pecho, me pongo en tadasana cerca de una pared, a medio metro de la pared, hago tadasana y empiezo a llevar las manos hacia atrás, a ver si toco la pared. Y me dedico a la apertura del pecho, cinco minutos, y a la movilidad del diafragma y a la mejora de la respiración.

O sea, una práctica de mínimos. Y nos vamos de la práctica, pero quizá podemos profundizar, llevamos tres cosas, ¿no? Como, oye, clases cortas de unos 20 minutos, practicar sin tiempo, que eso pueden ser 10 minutos o 110 minutos, los mínimos, es decir, oye, cinco o diez minutos de estirar las piernas, etcétera, lo que acabo de decir. Pero luego podemos irnos a, oye, otras cosas del yoga.

Otras ramas del árbol del Yoga

El Yoga sabemos que no son solo las posturas, no son solo las asanas. ¿Por qué no coger ese libro de mantras y dedicarnos a la recitación de mantras? Probarnos un mantra, ver cómo nos sienta, repetirlo. Oye, el Hare Krishna.

¿Qué tal el Hare Krishna? Y me dedico a repetir Hare Krishna Hare Rama. Y me estoy un buen rato con eso. Quizá estoy caminando, quizá estoy sentado.

Oye, no, otro mantra. O qué tal los mantras budistas. Om Mani Padme Hum, este que es tan famoso.

Venga, voy a repetirlo, a ver cómo resuena en mí. Fijaos, es muy importante porque no todos los mantras resuenan en todos por igual. Y hay mantras, millones de mantras, y hay mantras en todas las tradiciones o en muchas tradiciones.

Oye, voy a ver, yo siempre os hablo del libro de mantras de Swami Vishnu de Vananda, meditación y mantras. El otro día compartí en el grupo de meditación, este grupo gratuito, que podéis entrar cuando queráis, y compartí por telegrama el libro de, un libro de Gelsang Gyatso, en el que hay visualizaciones, mantras. Oye, ¿por qué no explorar estos mantras en verano? Otras cosas del yoga, ¿vale? No, no tienen que ser mantras, pero digo, otras cosas, otras cosas del yoga.

¿Por qué no cojo un yama o un niyama? Lo estudio, igual, lo exploro. Veo a ver, me detengo un poquito a ver cómo de integrado tengo ese yama y ese niyama. Lo que os digo, otras cosas del yoga.

La concentración, hacer una kíni inconsciente, una caminata consciente, un ratito de silencio, como antarmauna. Otras cosas del yoga, no solo asanas, sino otras cosas del yoga. Hay una muy buena idea, que yo siempre comento para hacerlo durante todo el año, pero que quizá durante todo el año hay gente que no se mete con la dinámica durante todo el año, pero puede aprovechar el verano.

Practicar mantras y llevar un diario espiritual

¿Para qué? Para llevar un diario. Fijaos, Swami Sivananda, en Caminos seguros para el éxito en la vida y la realización de Dios, un libro maravilloso, magnífico. Si no lo habéis leído, leedlo.

Os puede cambiar la vida totalmente, de verdad, no es una broma. Y nos insta a muchas cosas, pero nos insta a llevar un diario espiritual. Entonces, bueno, si queremos llamarlo, o sea, podemos llamarlo diario.

¿Recordáis la frase de Wayne Dyer? Tenemos que decidir si somos seres físicos que a veces tenemos una experiencia espiritual, o si somos seres espirituales teniendo una experiencia física. Lo digo, lo mezclo con lo del diario, porque bueno, no sé, o sea, está guay, ¿no? A mí me encanta la frase de Sivananda, ¿no?, de llevar un diario espiritual. Porque ahí lo que dice, y en el libro lo tenéis, son como, oye, unos mínimos a qué hora me he levantado, si he recitado mantra, si he hecho meditación, si he practicado yoga, si he practicado el pranayama, si he llevado una alimentación vegetariana y demás, ¿vale? O sea, eso es como muy concreto lo que propone Suami Sivananda, ¿no?, en el diario espiritual.

Pero yo os digo, oye, podemos llevar un diario, y si tenemos una experiencia espiritual, el diario va a ser un diario espiritual. Entonces, oye, ¿no llevamos un diario normalmente? ¿Por qué no hacerlo en verano, aunque sean sólo esos días libres que tenemos? Y perdonad que he dicho verano, y no me quiero centrar en lo que es verano, sino en días libres, cuando tenemos días libres. ¿Por qué no llevamos ese diario espiritual? No hace falta que… Puede ser que lo llevemos como nos indica Sivananda, pero simplemente puede ser de nuestras vivencias, de lo que queramos.

Yo siempre comparo el llevar un diario con la práctica de la meditación, porque es un paso muy reflexivo que hacemos cada día, y que nos mete en nuestra vida, y somos más conscientes de lo que vamos haciendo, de lo que estamos haciendo. Entonces, ¿por qué no llevar un diario, o un diario espiritual? Otra idea, la lectura de ese libro que siempre tenemos pendientes de leer. Y lo mezclo con, ¿por qué no llevar apuntes con ese libro? Si no queremos que sea muy estructurada la cosa, pero recordad, estamos aprovechando que tenemos tiempo, que tenemos días libres.

Lectura y estudio profundo

Estamos como, qué guay, que puedo coger eselibro… La actitud es esa, ¿no? El punto es, qué guay, tengo tiempo, voy a coger ese libro que tengo pendiente, y además, oye, voy a tomar apuntes, voy a profundizar en el libro, me lo voy a tomar de otra manera. Realmente, cuando tomamos apuntes o notas de un libro, nos deja tiempo para reflexionar en sus enseñanzas, sean técnicas, teóricas, filosóficas o emocionales. Porque cuando tomamos notas, esto es como que se hace en parte de nosotros.

Es como que realmente se queda en sus palabras, en nuestra conciencia. Incluso, y esto es muy importante, incluso aunque no lo recordemos, aunque no recordemos las palabras, se queda el mensaje en lo profundo de nosotros. Esto no es esotérico ni nada, esto es palo y real.

Así que, oye, ¿por qué no aprovechar estos días libres para sumergirnos en esa bonita lectura, en ese libro que tenemos pendiente? Otra idea, la meditación. Llevamos meses con un grupo de meditación abierto a todos, uno o dos días en semana nos juntamos a hacer meditación. No es que solo lo hagamos uno o dos días en semana, es simplemente tener la excusa y el recordatorio de, oye, podemos sentarnos y fijaos que duran 10 minutos, 15 minutos como mucho.

¿Por qué? Porque es también como los mínimos. Entonces, oye, ¿y si digo ahora que tengo días libres? Oye, pues 10 minutos de silencio voy a hacer, de concentración, de meditación. Incluso fijaos que podemos ir mezclando cosas.

Puedo coger y en ese diario, oye, pues he empezado a hacer 10 minutos de meditación cada día y anotar cómo me siento. Quizá lo mezclamos con un libro que estamos leyendo y anotamos alguna frase. Fijaos que lo digo a modo de disfrute, porque tenemos que disfrutar de la vida.

No lo digo como algo que tenemos que hacer, sino que como algo que podemos hacer. Ya tenemos que hacer muchas cosas, entre comillas, en nuestro día a día y en esos días libres, por eso decía al principio lo de cuando me iba con mis padres de vacaciones y aprovechaba y me oía todos los discos que podía, leía todo lo que podía, que no tenían nada que ver con el colegio y profundizaba en eso. Oye, quiero decir que quizá estoy diciendo muchas cosas, pero fijaos que puede ser tan disfrute como me levanto, hago un poco de movilidad, hago 10 minutos de meditación y escribo un poquito en el diario y en menos de media hora le hemos dado un chute a nuestro, es que iba a decir ser espiritual, pero si es que siempre estamos siendo espirituales.

Aprendiendo secuencias de Yoga

Pero bueno, ya me entendéis, ya me entendéis. Entonces, oye, otra idea, la meditación, está bien, 5-10 minutos o un paseo consciente, ¿vale? Otra idea, podemos aprovechar y profundizar en alguna materia que tenemos pendiente. Por ejemplo, a mí muchas veces los alumnos me dicen, he aprovechado el verano, esto me pasa todos los veranos, he aprovechado el verano y me he hecho el curso de anatomía, he aprovechado el verano y me he hecho el curso de biomecánica o me he hecho el curso de no sé qué.

Los profesores, por ejemplo, lo que pasa es que ahora viene la otra idea, pero los profesores, bueno, ya lo uno, dejadme que una la otra idea, que era, oye, si soy profesor, lo que puedo hacer es preparar mis secuencias para el verano, para el año que viene, o aprender a mejorarlas.

Entonces, hay un montón de profesores que me dicen, he aprovechado el verano y me he hecho el curso de secuenciación. Yo os voy a dejar enlazadas unas 60 secuencias con fotos, tiempos y demás, ¿vale? Que, si sois solo alumnos, podéis practicarlas perfectamente, también en vacaciones, también en días libres, y si sois profesores podéis estudiarlas y ver, oye, a ver cómo secuencia este tío aquí, esto, otro, ah, pues mira, pues yo aquí me gusta esta secuencia, pero aquí yo cambiaría esto.

Pues cambiadlo, ponedle con sentido, oye, lo voy a cambiar porque yo creo que mis alumnos pueden hacer esto aquí mejor, o esto les va a venir peor, porque ya les conozco y van más tensos de esto, van más rígidos de aquello. Entonces, oye, si soy profesor, yo os dejo ahí las 60 secuencias. ¿Quieres practicarlas? Prácticalas.

Prepara tu nueva temporada como profesor de Yoga

¿Eres profesor? Estudialas, míratelas, ¿vale? Entonces, oye, y hay muchos alumnos que dicen, oye, aprovecho para profundizar y me hago el curso de anatomía. ¿No eres alumno? ¿No vas a hacer el curso de anatomía? Cómprate un libro de anatomía. Cómprate un libro de anatomía.

Anatomía con orientación clínica, por ejemplo, que es uno de los que, del señor Moore, que es uno de los que yo siempre recomiendo. Te lo compras, lo coges en la biblioteca, por ejemplo, es una muy buena práctica, y te lo estudias y aprovechas el verano para profundizar. Oye, no, no, quiero profundizar en biomecánica.

¿No eres del curso? ¿No te quieres apuntar? Vete a la biblioteca y coges los libros de Adalbert Capanji y te estudias la biomecánica desde ahí y aprovechas el verano o los días libres, como digo, desde el disfrute. ¡Oh, qué bien que ahora tengo tiempo, me puedo coger en la biblio ese libro de anatomía y estudiármelo! ¿Eres del curso? ¿Te puedes hacer el curso de anatomía, el de biomecánica, el de las secuencias? Muchos otros que hay. O profundizar en lesiones, por ejemplo.

Oye, voy a comprarme un libro o en el curso que hay un montón de módulos terapéuticos para lesiones. Voy a ver qué hago, qué no hago. Y luego, evidentemente, está otra idea.

No hacer

Y con esta finalizo. No hacer. No hacer.

Mucha gente está muy estresada. Mucha gente hace demasiadas cosas. Y quizá lo que tenemos que hacer cuando tenemos días libres es no hacer.

Pasear, oír música. Yo no soy de leer novela, pero a lo mejor leer novela. El otro día le dije a una amiga, te viene bien leerte una novela.

Pero, ¿cómo? Digo, sí, sí. Te va a venir genial leerte una novela. Justo por WhatsApp, lo comentaba con otra amiga y le recomendó una novela policíaca.

Y fuimos a comprar la novela. Y al día siguiente, no, no tardó más. Y al día siguiente me dijo, de una sentada, 60 páginas, me está encantando el libro.

De verdad que es lo que me hacía falta. Desconectar así, totalmente. Tenía unos días libres, sin niños ni nada.

Y podía haber aprovechado y haberse cogido un libro de biomecánica. Ya iba demasiado saturada y la novela le está yendo bien. Entonces, no hacer, no hacer nada.

De hecho, el no hacer, si es consciente, mola mucho más. Soy consciente de que no voy a hacer nada, de que voy a pasear. Pero pasea, disfruta.

Disfruta de lo que hay. Porque tumbarnos sin más. O sea, también mola.

Yo no digo que no. Pero bueno, el podcast es de cómo aprovechar. Entonces, cómo aprovechar no haciendo nada es siendo conscientes de que no estoy haciendo nada.

Conscientes del descanso. Conscientes de que me da el sol. Conscientes de que me da el aire.

Conscientes del verde de la montaña. Conscientes del azul del mar. Conscientes de la tierra, de la playa, tocando mis pies.

Y así que aprovechamos el no hacer nada. Yo hay muchas veces que hago ese no hacer nada. Ese no hacer nada consciente.

Que es como súper guay, porque es como muy fluido. No es un no hacer nada consciente de soy consciente de cada mole. No, no, no.

Es como como decía Bruce Lee. Sea agua. Madre mía, cuánta sabiduría hay en esas palabras.

Así que bueno, yo os voy a dejar un enlace, un enlace directo a 60 secuencias. Bueno, unas 60. No sé si hay 58 o 63.

Entonces, si alguien las cuenta, que a lo mejor no son 60 justamente. Y os voy a dejar también el enlace a una clase del curso gratis. La podéis hacer.

Es una clase de 20 minutos, como lo primero que he propuesto. Una clase de 20 minutos para que veáis que en 20 minutos. Es que es una clase guay, porque en 20 minutos dices, ostras, es que me ha cambiado totalmente el día.

Si lo hago por la mañana, voy a tener energía para todo el día. Y han sido 20 minutos. Así que estas son mis propuestas para aprovechar cuando tengo días libres.

Aprovecharlos y aprovecharlos de verdad. Yo os veo en el curso. Ya sabéis, tenemos un curso en callateayoga.com con cientos de lecciones, cientos de propuestas.

No solo hay clases de asanas, que hay clases de asanas por un tubo. Hay clases en directo. Vamos a mantener las clases en directo todo el verano.

Creo que menos una semana, pero el resto las vamos a mantener todo el verano. Y hay esas lecturas, esos cursos, hay de todo para que también podáis profundizar y aprovechar. Si queréis, nos vemos en el curso de yoga para gente normal.

Vamos a seguir haciendo tutorías en verano también. Siempre. Hay días libres, da igual, en diciembre, en navidad.

Nosotros siempre metemos en una tutoría y nos juntamos para hablar, para conectarnos, para estar también, que es importante, en contacto con la práctica. Con la práctica de todo lo que he dicho. No solo con la práctica de asana, con la práctica de leer, con la práctica de caminar, con la práctica de disfrutar, de que veo las hojas de los árboles mecerse con el viento.

Estar en contacto con gente también es importante. Así que, si queréis, nos vemos en el Curso de Yoga para gente normal. Espero que tengáis más salud, que estéis cerca de las personas que amáis y que os sintáis seguros y en paz.

Un beso, un abrazo.

Namaste.


⇣ Nos vemos en la Sala de Práctica

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