Domínica Cuarta de Adviento

Sermones Católicos

La Predicación de San Juan Bautista en el desierto, y las Exhortaciones que hace la Iglesia en estos días.

Oíd, hermanos míos, el Evangelio de esta Domínica cuarta de Adviento: «En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo procurador de la Judea Poncio Pilato, y tetrarca de la Galilea Herodes, y su hermano Felipe tetrarca de la Iturea y de la Traconitis, y Lisanias tetrarca de la Abilina, bajo los pontífices Anás y Caifás, habló el Señor a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y vino por toda la región del Jordán predicando el bautismo de penitencia para la remisión de los pecados. Como está escrito en el libro de Isaías, Profeta: «Voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor; haced derechas sus sendas. Todo valle se llenará, y todo monte y collado será abatido; y lo torcido será enderezado, y los caminos fragosos aparecerán llanos. Y verá toda carne la salud de Dios».

Tal es el Evangelio de hoy, en el cual se habla de los principios de la predicación de San Juan Bautista, con la cual se proponía el santo Precursor excitar a los judíos a disponerse convenientemente a la próxima aparición de Jesucristo, como predicador de su divina Ley. Os invito, cristianos, a considerar conmigo, en primer lugar, la predicación de San Juan Bautista en el desierto, y después las exhortaciones que la Iglesia hace a sus hijos en estos alegrísimos días, exhortaciones semejantes a las del divino Precursor. Escuchadme, os lo ruego, atentamente.