Sumisión en el hogar - 1 Pedro 3:1-7

Iglesia Impacto

El Apóstol Pedro después de hablarnos en el capítulo 2, acerca de nuestra sumisión al gobierno civil y de nuestra sumisión a nuestros jefes, pasa a hablarnos en el capítulo 3, de la sumisión en el hogar. En el versículo 1 del capítulo 3 de 1 Pedro, el Apóstol comienza el tema con la frase “así mismo”, siendo más exactos con el sentido que Pedro lo dice diría así: “de igual manera” o “de la misma manera”. Con esta frase, Pedro nos está diciendo que así como nosotros debemos de someternos a las autoridades civiles y a nuestros patronos, así de esa misma manera debemos someternos en nuestro hogar.

La esposa dice Pedro que debe someterse a su esposo mostrando una conducta irreprochable y pura, o sea con una conducta de una mujer virtuosa de tal manera que si su esposo es incrédulo, exista la posibilidad de que por su conducta él venga a los pies de Cristo, les dice que actúen con moderación en cuanto a su manera de vestir porque no es vistiéndose de manera ostentosa en que ellas van a atraer a sus maridos incrédulos a Cristo, sino más bien ataviándose en lo interno, enfocándose en la belleza interior, en la belleza del corazón, siguiendo el ejemplo de sumisión de las santas mujeres del Antiguo Testamento. Pedro no está desaprobando la belleza externa de la mujer, lo que está haciendo es alertándolas a no enfocarse en esa belleza para lograr ganar a sus maridos incrédulos.

En cuanto a los esposos comienza diciéndoles también la misma frase: “de igual manera”, dándoles a entender que ellos también deben someterse, pero no a la mujer, está refiriéndose al sometimiento a la voluntad de Dios, al sometimiento hacia el deber divino de vivir con ellas sabiamente, siendo protectores de sus esposas y tratándolas como a hermanas en Cristo para que sus oraciones no sean estorbadas. Es mi deseo que en éste estudio podamos abrir nuestros ojos a lo que el Señor está enseñándonos en este pasaje.