555. La Vida del Reo (adultos)

Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento.

Juan David Betancur
[e-mail]
Habia una vez un rey que tenía un reino totalmente en paz. En dicho reino no había crímenes, ni hurtos ni ninguna clase de acciones en contra de los demás. Los habitantes vivían así tranquilos sus propias vidas. Como esto sucedia un reino vecino envió a un sabio a que investigara como era posible que un reino pudiera tener a todos sus ciudadanos viviendo en tal armonía.

El sabio se presento ante las puertas del reino y cuando los guardas de la puerta de entrada lo dejaron entrar se dirigió por la calle central hasta el edificio de jueces. Este edificio generalmente en cualquier otro reino tenía un gran numero de personas entrando y saliendo. Pero no en este reino. El edificio estaba básicamente desierto y no había nadie que estuviera siendo llevado.

Extrañado el sabio entro al edificio de la justicia y allí encontró solamente a un juez que estaba sentado en una silla escribiendo. El sabio se presento y le pregunto al juez a que se dedicaba. El juez levanto la cabeza y le dijo que estaba escribiendo poesía, pero que si necesitaba algo de el con gusto le ayudaría.

El sabio le comento al juez su extrañeza de ver como en aquel edificio no había ningun reo, ningun funcionario del orden y que solamente veía a un juez. Luego le dijo.

Su señoria mi rey me ha enviado a investigar porque en este pueblo no hay crímenes y porque todos viven en paz.

El juez sonriendo le dijo.

He de confesarle que los habitantes de este reino saben que ante cualquier falta que se cometa por pequeña que sea el rey ha ordenado que se pague con la vida.

El sabio oyendo la respuesta se pregunto si eso es lo que hacia que nadie cometiera algun crimen.

El juez de nuevo se sonrio y le respondió.

No mi querido amigo. Como usted podrá saber hay personas que no le temen a morir y por lo tanto estarían dispuestos a cometer un crimen a sabiendas de que si son sorprendidos morirían. Le puedo confesar que ese no es el motivo que lleva a los habitantes del reino a no cometer crímenes.

Le voy a contar que sucede en el reino cuando alguien comete un crimen y porque el resto de habitantes cuando ven lo que sucede con el deciden nunca cometer algo indebido.

El sabio no salia de su asombro. Según lo que le estaban diciendo, no era el temor a morir la razón para no cometer un crimen.

El juez vio el la cara del sabio y le dijo

Cuando un ciudadano es capturado por violar las normas y los códigos legales es enviado inmediatamente a esta sala. Yo como juez del reino inmediatamente lo declaro culpable y a los pocos segundos los guardias comienzan a llevarlo por todo el reino. De hecho es llevado a los restaurantes, los bares, los sitios de placer y las casas de todos que son sus familiares y amigos.

El proceso puede durar varios días ya que en cada uno de los restaurantes que visita el reo tiene la oportunidad de pedir los mejores platos, en cada uno de los bares puede tomar los mejores licores, en los sitios de placer puede deleitarse con cualquiera de los placeres que se le ofrecen, en la casa de sus amigos puede sentarse a conversar con ellos el tiempo que el desee y en las casa de sus familiares puede igualmente disfrutar de su compañía por el tiempo que lo desee.

Todo esto siempre con la vigilancia cercana de los guardia. Y luego de que este ritual de una o varias semanas termina, el reo es tomado de las manos y deberá caminar por la calle principal hasta la plaza donde esta el lo espera el verdugo con su hacha.

El sabio estaba más sorprendido aún. Como era posible que se le of