Nueva ola de explosiones en Líbano, ahora de walkies-talkies de miembros del Hezbolá

Enfoque Internacional

Se produjeron nuevas explosiones en los suburbios del sur de Beirut, así como en el sur y el este de Líbano. En esta ocasión, al parecer se pusieron trampas explosivas en walkie-talkies pertenecientes a miembros de Hezbolá, así como en otros equipos de telecomunicaciones. También fue atacada una tienda de teléfonos móviles. Se registraron varios muertos y un centenar de heridos. Estas explosiones, que Irán y Hezbollah atribuyen a Israel, aumentan los temores de una eventual escalada en el conflicto en Medio Oriente. Análisis.

Con información del corresponsal de RFI en Líbano, Joan Cabasés Vega

Nueva oleada de explosiones en todo Líbano. Al parecer, a causa también de dispositivos reconvertidos en pequeñas bombas, se han registrado explosiones simultáneas en Beirut, en Sidón, en Tiro y en otras ciudades del país. A esta hora existen pocas certezas sobre lo sucedido y sobre sus consecuencias, pero algunos reportes ya hablan de al menos tres víctimas mortales y de centenares de heridos.

El martes explotaron los bíperes utilizados por Hezbolá en un ataque que hasta esta tarde había supuesto la muerte de 12 personas y había causado heridas graves en 200 personas. ahora, al parecer, habrían sido los walkies- talkies de la milicia libanesa, y posiblemente también otros dispositivos, los que habrían explotado.

Algunas fuentes indican que Hezbolá adquirió estos walkies-talkies hace 5 meses, coincidiendo en el momento en el que recibió los bíperes que han explotado dejando vehículos calcinados o edificios incendiados. Volker Turk, Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, denuncia estos ataques como una posible violación del derecho humanitario internacional.

Análisis de la situación en la región tras los ataques

Fuera del costo humano que deja en Líbano el ataque simultáneo adjudicado a los servicios secretos internos de Israel, el Shin Beth, el mensaje enviado al Hezbolá es muy poderoso: podemos hacer lo que queramos cuando queramos.

RFI conversó con Said Chaya, director del Centro de Estudios sobre Medio Oriente en la Universidad Austral, en Buenos Aires.

RFI. Este ataque evidencia una desventaja enorme del movimiento político militar chiita frente a Israel. Es decir, ¿queda muy debilitado el Hezbolá?

Said Chaya. En principio los medios de comunicación israelíes han reconocido que este ha sido un ataque del Shin Beth, Por lo tanto, aunque no hay un reconocimiento oficial, hay varios indicios que indican que fue un ataque por el lado de Israel. Es el segundo golpe, en muy poco tiempo. El otro es la ejecución en Teherán de Ismail Haniyeh (Líder del movimiento islamista Hammas).

Creo que entre la muerte de la muerte de Haniyeh y este ataque se deben haber encendido todas las luces rojas de Irán y de Hezbolá porque claramente es un signo de que hay un nivel de infiltración importante. Muestra la capacidad de llegada del sistema de vigilancia israelí sobre sus intereses.

La pregunta ahora, la que flota en el aire, es que no responden porque no tienen incentivos en el sistema de la región para responder o en realidad no responden porque el poderío de Israel claramente es muy superior. Eso pone en un lugar muy difícil tanto a Irán como a Hezbolá. ¿Por qué? Porque en definitiva tienen un prestigio que cuidar, al cual no le han prestado demasiada atención en los últimos 11 meses, casi un año, desde que ha comenzado el conflicto, que nos llevan a preguntarnos si no responden porque no tienen la capacidad para responder o si en realidad hay una serie de incentivos en el sistema regional de Medio Oriente que hace que mejor no intervengan para evitar una regionalización de la guerra. Y Israel tiene la delantera.

Tanto Irán como el Hezbolá, chiitas los dos, el país y el movimiento armado, se mueven siempre en zonas grises. Es decir, amenazan con atacar, mucha retórica, pero realmente no emprenden una ofensiva en el terreno. Este ataque obligaría a Irán y al Hezbolá a salir de la zona gris y pasarse al terreno de la guerra abiertamente. ¿Tienen cómo?

Desde que empezamos el conflicto del 7 de octubre para acá, estamos siempre caminando por la cornisa, siempre estamos al borde de la regionalización, de la guerra y sin embargo no hemos visto respuestas contundentes por el lado de Irán ni por el lado de su principal socio Hezbolá. La hemos visto, en cambio, una guerra de baja intensidad. ¿Esto podría cambiar las cosas? La verdad es que tiene un peso tan importante como la muerte o como el bombardeo al consulado de Damasco o los ataques en el corazón de los territorios que maneja Hezbolá en Beirut y los suburbios. Pero ninguno de esos hechos generó una respuesta contundente.

Netanyahu Sabe que Israel y él mismo están probablemente en un momento de una imagen a nivel global muy baja. Peor que esto no van a estar. Y tengo la impresión de que él tiene la convicción de que es el momento histórico para asestarle un golpe a estos enemigos y demostrar la superioridad de Israel en este caso. El tema es cómo Teherán, cómo Hezbolá, pueden soportar esa presión por parte de Israel. Creo que lo hacen porque tanto del lado de Washington como del lado de Beijing, hay una serie de incentivos para evitar que se involucren a gran escala en el conflicto.

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Sin embargo, según su líder, el Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, cuenta con 100.000 combatientes y cohetes de largo alcance que podrían adentrarse en lo más profundo de Israel. Es decir, las consideraciones no son de logística en este caso.

No creo que sea cuestión de logística. Hay una decisión en la cual la diplomacia está permeando el esquema de defensa. Y ojalá que siga así, porque yo creo que la estrategia más razonable sería terminar de separar la cuestión del sur del Líbano de lo que sucede en Gaza. Creo que eso podría echar por tierra la posibilidad de regionalización del conflicto de alguna manera quizá podría conducir a un proceso de paz. La pregunta también es cuánto está Israel dispuesto a seguir presionando con despliegue militar en Gaza, con despliegue militar en Cisjordania, ahora con despliegue militar en el norte, donde ya hay más de 40.000 israelíes desplazados. ¿Hasta dónde puede Israel desplegar y estar atento a diferentes frentes? Con, no nos olvidemos, el ataque de hace un par de días, que los hutíes también han llevado adelante atrás un ataque con drones. ¿Hasta qué punto se van a involucrar los hutíes en este conflicto?