SALMOS 114. EL PODER ASOMBROSO DE DIOS.

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EL PODER ASOMBROSO DE DIOS. SALMOS 114:1 Cuando los israelitas escaparon de Egipto cuando la familia de Jacob dejó esa tierra extranjera, 3 El mar Rojo los vio venir y se apuró a quitarse del camino; el agua del río Jordán se hizo a un lado. 4 ¡Las montañas saltaron como carneros, las colinas brincaron como corderos! 7 Tiembla, oh tierra, ante la presencia del Señor, ante el Dios de Jacob. 8 Él convirtió la roca en una laguna de agua; sí, de la roca sólida fluyó un manantial. NTV. En los últimos tiempos, la ciencia moderna, ha buscado por todos los medios dar una explicación científica a los sucesos y hechos registrados en las páginas de las Sagradas Escrituras. Específicamente los hechos realizados por Yahvé en favor del pueblo hebreo. Pero ninguna de las teorías dadas por los científicos, han podido ser tan contundentes como para reemplazar la idea de que esos hechos maravillosos fueron la demostración del poder y la autoridad del eterno Creador sobre Su creación. Dios es el creador de todo el universo y por eso, Él tiene el control sobre todos los elementos que lo componen. Ante esta realidad, la ciencia ni con los avances tecnológicos, no podrá hacer nada para cambiar este hecho, aunque pasen otros dos mil años. Dios ha mostrado su infinito poder a la humanidad, desde el mismo instante que creó al ser humano y desde entonces, ha mostrado pinceladas de su magnífico poder. La redención de Israel es una muestra evidente de las pinceladas del poder y la autoridad de Dios sobre toda su creación. El pueblo hebreo había permanecido bajo la esclavitud de los egipcios alrededor de 430 años, pero el Eterno Creador en conformidad a su promesa hecha a los patriarcas del pueblo, los liberó de esa esclavitud y los dirigió a su nueva morada donde se establecerían como una gran nación. Cuando la familia de Jacob dejó las tierras egipcias, y llegaron a las orillas del Mar Rojo, sus aguas miraron al pueblo y se echaron atrás con pánico. Pero seguro que no fue la vista de aquella multitud de refugiados lo que ocasionó el terror. El mar miró arriba, vio a su Creador, y rápidamente se apartó para que el pueblo escogido pudiera pasar a la otra orilla sin mojarse los pies. Otro hecho similar sucedió cuarenta años más tarde, cuando el pueblo hebreo entró en la tierra prometida. En aquel día, el río Jordán se detuvo en la ciudad de Adán, y la última barrera a la entrada de la tierra se convirtió en camino para que el pueblo pasara para tomar posesión de la tierra donde fluía leche y miel. Entre estos dos eventos hubo otros ejemplos asombrosos del poder de Dios. Uno de los más espectaculares fue cuando dio la ley en el monte Sinaí. La naturaleza estaba convulsionada, tanto que las montañas saltaron como carneros y los collados como corderitos. Seguramente la gloria de Dios era tan fuerte que toda la zona fue sacudida como por un cataclismo. Por eso, el pueblo hebreo pidió a Moisés que solo él se presentara delante del Señor, para recibir las leyes, normas y mandatos para el pueblo, y no ser participes nuevamente del asombroso poder de Dios que retumbaba los cielos y la tierra. La milagrosa provisión de agua para Israel en el desierto fue otra demostración de su poder sobre la creación. La ciencia sigue buscando una respuesta científica a estos hechos asombrosos de Dios, pero sus respuestas nunca serán fidedignas, ya que las respuestas verdaderas se encuentran registradas en las páginas de las Sagradas Escrituras. Queridos hermanos, desde épocas inmemorables, el eterno Creador ha manifestado su asombroso poder sobre toda su creación. Separó el mar Rojo y el río Jordán para que el pueblo hebreo cruzara sin ninguna clase de contratiempos. Tembló la tierra cuando pronunció su ley, y brotó agua de una peña para que su pueblo sea saciado. Todos esos hechos deben mover a los pueblos a reconocer al Señor como el único Dios verdadero y a alabar su nombre. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message