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1 CRÓNICAS 21. EL MEJOR ABOGADO.

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1 CRÓNICAS 21. EL MEJOR ABOGADO. 16 David levantó la vista y vio que el ángel del SEÑOR estaba entre el cielo y la tierra con su espada desenvainada, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los líderes de Israel se pusieron tela áspera en señal de su profunda angustia y cayeron rostro en tierra. 17 David le dijo a Dios: ¡Soy yo quien pidió el censo! ¡Soy yo el que pecó e hizo el mal! Pero estas personas son tan inocentes como ovejas, ¿qué han hecho? Oh, SEÑOR mi Dios, que tu enojo caiga sobre mí y mi familia, pero no destruyas a tu pueblo. NTV. Después de las grandes victorias sobre sus enemigos, el corazón de David se envaneció, el orgullo se apodero de su ser. Dominado por el orgullo, el monarca hebreo ordenó a sus oficiales realizar un censo poblacional de todo el reino. A diferencia del censo ordenado por el eterno Creador en el libro de Números capítulos 1 y 2, este censo, David lo ordenó para sentirse orgulloso de la fortaleza de su ejército. Al determinar su poder militar, estaba comenzando a confiar más en este poder que en la fuerza de Dios. Existe una línea muy delgada entre la dependencia que confía en el poder de Dios y la soberbia porque Dios lo ha usado para grandes propósitos. El orgullo de David ofendió de gran manera al eterno Creador, razón por la cual decreto su juicio. Dios le dio a elegir a David que castigo afrontar por su pecado, el castigo que eligiera afectaría también a todo el pueblo. A pesar de que el pueblo no era culpable del pecado de su monarca, tendría que afrontar el castigo de Dios. El pecado tiene un efecto de dominó. Una vez que se ha cometido un pecado, lo siguen una serie de consecuencias que no solo afecta al infractor sino a todas las personas que están al rededor de él. El eterno Creador había enviado una terrible plaga sobre Israel, la cual había acabado con la vida de miles de habitantes del reino, pero el juicio no había terminado, faltaba que el ángel descendiera para destruir la ciudad de Jerusalén. David al levantar sus ojos vio una visión terrorífica: vio al ángel con una espada desenvainada extendida contra su amada Jerusalén. El monarca y los que estaban con él, se postraron sobre sus rostros, cubiertos de telas ásperas en señal de humillación, arrepentimiento y aflicción por sus ofensas. Se postraron en adoración a Dios cuyos juicios son insonables, e inescrutables sus caminos. Ante la terrible situación que se avecinaba para su reino, el monarca hebreo postrado en oración clamó a Dios, reconoció su pecado y pidió que el castigo de su falta no recayera en su reino, sino solo en su vida y la de su familia. David amaba a su reino y no quería que sea destruido por su culpa, él estaba dispuesto a asumir el castigo que se merecía por su pecado. Por lo general, cuando las personas quebrantan alguna ley, huyen del lugar tratando de evitar el castigo, no les importa si algún inocente es castigado erróneamente por sus faltas. David en contraste a la mayoría de hombres, a pesar de saber del terrible juicio que podía recaer en su vida, en presencia del Señor asumió su pecado, y deslindó de toda responsabilidad a su pueblo. Queridos hermanos, David al ver el terrible juicio que se avecinaba sobre su reino, en oración al eterno Creador abogo por su reino, para que el castigo de su pecado no recayera en ellos, sino solo en él y en su familia. Cristo Jesús al ver el castigo que se avecinaba sobre el mundo pecador, abogo ante su Padre para que el castigo no recayera sobre el mundo, sino sobre Él. Jesús a pesar de no haber cometido pecado, por amor al mundo, asumió los pecados del mundo y recibió la ira de Dios. Hermanos, qué ánimo nos da, en todas las circunstancias, saber que nosotros también tenemos un Rey que aboga por nosotros para con el Padre. Jesús el Hijo del rey David responde a nuestras necesidades mucho mejor que lo que David pudo responder. El Justo aboga por nuestra causa delante de Dios Padre al señalar la evidencia irrefutable de su vida inocente y la expiación. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message
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1 CRÓNICAS 21. EL MEJOR ABOGADO. 16 David levantó la vista y vio que el ángel del SEÑOR estaba entre el cielo y la tierra con su espada desenvainada, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los líderes de Israel se pusieron tela áspera en señal de su profunda angustia y cayeron rostro en tierra. 17 David le dijo a Dios: ¡Soy yo quien pidió el censo! ¡Soy yo el que pecó e hizo el mal! Pero estas personas son tan inocentes como ovejas, ¿qué han hecho? Oh, SEÑOR mi Dios, que tu enojo caiga sobre mí y mi familia, pero no destruyas a tu pueblo. NTV. Después de las grandes victorias sobre sus enemigos, el corazón de David se envaneció, el orgullo se apodero de su ser. Dominado por el orgullo, el monarca hebreo ordenó a sus oficiales realizar un censo poblacional de todo el reino. A diferencia del censo ordenado por el eterno Creador en el libro de Números capítulos 1 y 2, este censo, David lo ordenó para sentirse orgulloso de la fortaleza de su ejército. Al determinar su poder militar, estaba comenzando a confiar más en este poder que en la fuerza de Dios. Existe una línea muy delgada entre la dependencia que confía en el poder de Dios y la soberbia porque Dios lo ha usado para grandes propósitos. El orgullo de David ofendió de gran manera al eterno Creador, razón por la cual decreto su juicio. Dios le dio a elegir a David que castigo afrontar por su pecado, el castigo que eligiera afectaría también a todo el pueblo. A pesar de que el pueblo no era culpable del pecado de su monarca, tendría que afrontar el castigo de Dios. El pecado tiene un efecto de dominó. Una vez que se ha cometido un pecado, lo siguen una serie de consecuencias que no solo afecta al infractor sino a todas las personas que están al rededor de él. El eterno Creador había enviado una terrible plaga sobre Israel, la cual había acabado con la vida de miles de habitantes del reino, pero el juicio no había terminado, faltaba que el ángel descendiera para destruir la ciudad de Jerusalén. David al levantar sus ojos vio una visión terrorífica: vio al ángel con una espada desenvainada extendida contra su amada Jerusalén. El monarca y los que estaban con él, se postraron sobre sus rostros, cubiertos de telas ásperas en señal de humillación, arrepentimiento y aflicción por sus ofensas. Se postraron en adoración a Dios cuyos juicios son insonables, e inescrutables sus caminos. Ante la terrible situación que se avecinaba para su reino, el monarca hebreo postrado en oración clamó a Dios, reconoció su pecado y pidió que el castigo de su falta no recayera en su reino, sino solo en su vida y la de su familia. David amaba a su reino y no quería que sea destruido por su culpa, él estaba dispuesto a asumir el castigo que se merecía por su pecado. Por lo general, cuando las personas quebrantan alguna ley, huyen del lugar tratando de evitar el castigo, no les importa si algún inocente es castigado erróneamente por sus faltas. David en contraste a la mayoría de hombres, a pesar de saber del terrible juicio que podía recaer en su vida, en presencia del Señor asumió su pecado, y deslindó de toda responsabilidad a su pueblo. Queridos hermanos, David al ver el terrible juicio que se avecinaba sobre su reino, en oración al eterno Creador abogo por su reino, para que el castigo de su pecado no recayera en ellos, sino solo en él y en su familia. Cristo Jesús al ver el castigo que se avecinaba sobre el mundo pecador, abogo ante su Padre para que el castigo no recayera sobre el mundo, sino sobre Él. Jesús a pesar de no haber cometido pecado, por amor al mundo, asumió los pecados del mundo y recibió la ira de Dios. Hermanos, qué ánimo nos da, en todas las circunstancias, saber que nosotros también tenemos un Rey que aboga por nosotros para con el Padre. Jesús el Hijo del rey David responde a nuestras necesidades mucho mejor que lo que David pudo responder. El Justo aboga por nuestra causa delante de Dios Padre al señalar la evidencia irrefutable de su vida inocente y la expiación. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message
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