Que ideas tienes tú De Dios?

Refugio para Nuestros Corazones

COMO DESEO SEGUIR A JESÚS
Durante la mayor parte de mi vida "Seguí" a Dios por miedo.
Miedo a hacerlo mal.
Miedo a no hacerlo bien.
Miedo a no estar a la altura.
Miedo a hacer enojar a Dios.
Miedo a perderse las bendiciones del cielo.
Año tras año, este fue mi caminar cristiano.
Ir a la iglesia porque "tenía" que hacerlo. Recoger mi Biblia solo para llevarla a la iglesia conmigo, en caso de que pueda "necesitarla". Orar oraciones repetitivas, breves e impotentes. Pasando por los movimientos de ser cristianos, perdiéndonos totalmente de nuestra relación personal con Cristo.
Entonces, conocí a mi esposo. Él no podía tener suficiente de Dios. Cada oportunidad que tuvo la pasó yendo a la iglesia, leyendo su Biblia, escuchando la radio cristiana, disfrutando plenamente de Dios en cualquier lugar, en cualquier momento, porque él quería, deseaba, y no podía dejar de hacerlo.
Mi tiempo con Dios fue impulsado por el miedo.
Su tiempo con Dios fue impulsado por el amor.
Mi cristianismo se basaba en esforzarme al máximo por obedecer las "reglas religiosas". Su cristianismo se basó en entregarse en una relación profunda y amorosa con su Jesús.
Él estaba viviendo la vida en abundancia (Juan 10:10), desbordando en una vida fructífera en y por Cristo Jesús. Yo, por otro lado, simplemente existía, ahogándome en obras muertas sin nada a que aferrarme.
Entonces, por el poder del Espíritu Santo, yo también comencé a enamorarme de Jesús. Descubrí que no se trataba de lo que podía hacer para ganarme el camino hacia Dios, sino de lo que
Dios ya había hecho para ganarme el camino de regreso a casa.
Aprendí que no se trataba de que yo tratara de persuadir a Dios de que me amara, sino de estar completamente persuadido en mi corazón de que Dios ya me amaba, a pesar de quien soy yo.
¡¿Y sabes qué?! El increíblemente creíble amor de Dios por mí, me atrajo hacia Él. El amor incondicional, inmutable e inmerecido de Dios por mí, me deshizo y me hizo arrodillarme. El asombroso amor de Dios por mí, cambió mis actos religiosos muertos en una relación de amor vibrante, transformadora, vivificante y de por vida con el Amante de mi alma.
El amor marcó la diferencia.
Todavía trato de hacer lo correcto.
Todavía trato de no hacer mal.
Todavía trato de complacer a mi Padre Celestial. Todavía anhelo el cielo.
No porque tema a Dios, sino porque lo amo.
Y este amor de Dios, me hace temer a mi Dios de la manera más profunda, pura y asombrosa.
Y este amor de Dios me hace querer huir del pecado y huir de todo lo que me aleja de Dios. Y este amor de Dios, me mantiene buscándolo en las páginas de su palabra, comunicándome con Él a través de las oraciones de mi corazón y labios, adorándolo en el día a día de mi vida.
Ahora soy yo que no puede tener suficiente de Dios. Cada oportunidad que tengo la paso disfrutando de mi Dios en cualquier lugar, en cualquier momento. porque quiero, deseo, y no puedo dejar de hacerlo. Porque ves, ahora, mi vida depende de eso, de Él, de conocer, amar y tener comunión con mi precioso Jesús.
Y es esta relación demasiado indescriptible con Jesús, que deseo por ti. ~ © Stacy L. Sánchez