Episodio 77. ¿Cómo los rostros de la audiencia son el barómetro de su interés en tu presentación?

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Por Elizabeth Vargas Mejia and Elizabeth Vargas Mejía (Eli) descubierto por Player FM y nuestra comunidad - los derechos de autor son propiedad de la editorial, no de Player FM, y el audio se transmite directamente desde sus servidores. Presiona el botón de suscripción para rastrear cambios en Player FM o pega el URL del feed en otras aplicaciones de podcast.

¿Cómo los rostros de la audiencia se convierten en el barómetro de su interés en tu presentación?

José Antonio Marina, en su libro, «Anatomía del miedo» afirma que: «La gente siente más molestias e incluso tose más cuando se está aburriendo, cosa que a mi juicio podría utilizarse para calibrar el índice de interés de una conferencia.» En esta oportunidad, en nuestro episodio 77, hablamos sobre la importancia de observar a tu audiencia al momento de hablar en público.
Hay quien habla delante del público como si éste no existiera. Tan pegados de sí mismos, igual les daría hablar ante un auditorio vacío. ¡El público existe! Y está ahí por una importante razón: recibir un mensaje de manos del ponente. Un mensaje que informe, que inspire, que tranquilice, según el propósito, pero siempre un mensaje esperado y que debe ser comunicado a viva voz. La forma más eficaz de comunicación es cara a cara.
¿Cómo saber si estamos comunicando adecuadamente, si nuestro mensaje está llegando a la audiencia?
Los rostros de la audiencia constituyen el barómetro de su interés, comprensión y aburrimiento.
Por este motivo, no se puede hablar sin considerar la reacción del público. Eso está bien para vídeos enlatados, no para presentaciones en vivo. No sólo debemos ajustar nuestro discurso a la audiencia antes de la presentación, sino también durante la misma.
En lugar de mirar a la audiencia como si fuera una masa informe, intenta establecer un contacto visual individual con cada persona. Así conseguirás involucrar en la charla a cada asistente. Y si la audiencia está formada por cientos de personas, concéntrate en las primeras filas.
Mirando a la cara de los presentes podemos percibir si nos están siguiendo, si se han perdido, si la charla les interesa o si les aburre. Tener en cuenta la reacción de la audiencia mientras se está haciendo la presentación nos permitirá reajustar el lenguaje y explicar en mayor o menor detalle conceptos y gráficos. Podemos incluso llevar transparencias de refuerzo que mostraremos sólo si consideramos necesario explicar puntos que no se han comprendido del todo.
Una presentación es un diálogo con la audiencia y no podemos dejarla de lado. Aprender a leer el barómetro de sus rostros y reajustar el discurso en consonancia constituye una habilidad suprema del arte de hablar en público.

🎤 ¡Comunícate!
⭐ Recuerda: Lo que no se comunica, simplemente no existe.

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