Efesios 3 1-6 • El misterio revelado

Iglesia Impacto

Saludos amados hermanos, que la abundante gracia y paz de nuestro Dios sea con cada uno de ustedes. Seguimos en nuestro estudio de la carta del apóstol Pablo a los Efesios y en la sección que estaremos examinando, Pablo le comunica a los creyentes que el está en condición de prisionero al escribir la carta.

Es impresionante pensar en que Dios decidiera que esta carta, que tenía como fin el mostrar a los creyentes las abundantes bendiciones que poseen en Cristo, fuera escrita desde una cárcel. Pues fácilmente alguien podría pensar que estar sentados en los lugares celestiales en Cristo y haber sido bendecido con toda bendición espiritual, nos debería asegurar una vida cómoda en este mundo, libre de todo sufrimiento, padecimiento o aflicción. Pero claramente esa manera de pensar sería una rotunda equivocación y nada lo deja más en claro que lo que estaba ocurriendo en la vida de Pablo en el momento en que estaba escribiendo esta carta. Pablo, el apóstol, quien había sido bendecido no solo con la salvación sino con la revelación de Jesucristo, estaba preso.

Sin embargo, esto en ninguna manera es razón para que los creyentes se desalienten o debiliten. Al contrario, los creyentes deben tomar animo puesto que Pablo está sufriendo por ser un buen administrador del mensaje que le había sido encomendado (la revelación del misterio de Cristo). El hecho de que Pablo este atravesando tribulación, en ninguna manera debería hacer pensar a los creyentes que los sufrimientos son contrarios a su posición de bendición en Cristo.

De hecho, Pablo les va a mostrar que sus sufrimientos son parte del plan de Jesucristo para su vida y que son el resultado de ser un fiel administrador de la gracia que Dios le había concedido. Pablo sabía que Dios, sin el merecerlo, le había bendecido grandemente al escogerlo como su instrumento para revelar el misterio de Cristo.

De la misma manera Dios ha depositado su revelación completa en nuestras manos. Debemos ser buenos mayordomos y como Pablo entregar nuestras vidas para anunciar el evangelio a los perdidos.