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Renault 4 vs Seat Panda, ¡Honestos! Comparativa vintage

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Uno nunca tuvo más de tres puertas… mientras que el otro nunca tuvo menos de cinco. Uno de ellos nació en 1980, el otro casi 20 años antes. Y fueron rivales. ¿Qué tenían en común? Sin duda, ser baratos, pero sobre todo ser coches muy honestos… Coches que nacieron en momentos históricos distintos, con objetivos distintos pero que acabaron, en las España de los 80, siendo rivales. Y no es la primera vez que se me ocurre compararlos: En noviembre del 85 convencí a mi jefe para que me dejase hacer una comparativa del Renault 4 TL y del Seat Panda 40. ¿Y cuál era la conclusión? Hablemos del R4. Al comenzar la década de los 60 la parte baja de la gama Renault, como la de muchos otros fabricantes, estaba cubierta con modelo “todo atrás”. Ya había dos excepciones: Una el Mini, que había nacido poco antes, en el 59. Pero la otra excepción a Renault le pillaba cerca, muy cerca: El Citroën 2CV, un coche nacido nada menos que en el 48, pero que tenía la fórmula de la eterna juventud, porque estuvo en producción… ¡hasta 1990! Nada menos que 42 años… Renault quería una especie de 2CV, pero más moderno, más bonito, más potente y, sobre todo, más Renault. Y en agosto de 1961, en el Salón de Fráncfort, presentó en R4. Apenas 3 años después se habían fabricado medio millón de R4 y menos de cinco años después de ser presentado, se alcanzó la cifra de un millón. Y es que el R4 acertó en la diana. Su motor de 4 cilindros inicialmente de 748 cm3 y refrigeración líquida, era una joya. Las suspensiones con barras de torsión, iban bien en los caminos, pero el coche no balanceaba tanto con un 2CV. Y su diseño, obra del equipo de la propia marca capitaneado por Robert Barthaud quizá no enamoró, pero convenció. Y vamos con el Fiat que después fue Seat. En 1980, Fiat quería lanzar al mercado un coche muy accesible, que fuese práctico, muy sencillo, barato de fabricar, que utilizase la mayor cantidad posible de elementos ya existentes y… que además fuese bonito. Y para obrar este milagro, recurrieron al mejor: Giugetto Giugaro, que consiguió, trabajando hombro con hombro con los ingenieros de Fiat, cumplir ese difícil pliego de condiciones. Para empezar, diseño un coche con un parabrisas plano, más barato imposible, pero con una bonita y moderno línea en cuña que permitía una gran practicidad. Para el motor y el tren delantero si utilizó, directamente, el del 127. Pero… y es que el Panda tiene un “pero” muy grande. En esa comparativa del R4 TL frente al Seat Panda 40 decía que el R4, con un esquema de suspensión prácticamente idéntico al del R5, pero menores prestaciones, daba sensación de una estabilidad total. ¿Y que decía del Panda? Os voy a leer, literalmente, lo que puse en esa comparativa: “La suspensión trasera no da la talla. La búsqueda del aprovechamiento del espacio y de los bajos costes ha dado lugar a una suspensión que, además de ser incómoda, no guía correctamente el tren trasero en sentido transversal. Frente a frente. Como he comentado al comenzar este vídeo, eran coches de generaciones diferentes que las circunstancias, especialmente en España, los convirtió en rivales. Más que rivales, hablaría de alternativas. Porque, aunque eran coches muy diferentes, tenían un precio similar, unas prestaciones similares, aunque con el Panda por delante, una habitabilidad similar a pesar de la diferencia en número de puertas y un equipamiento, muy escaso, también equivalente. Bueno, en realidad hubo un R4 “3 puertas”… ¡la furgoneta! En este comparativa el Seat Panda probado era el de baja compresión, adaptado a la gasolina “barata” que había entonces, de 85 NO y que ahora no hay. Ese motor anunciaba 42 CV, aunque daba menos de 40, mientras que el R4 anunciaba 38 CV y estaba por ahí. Y eso que el R4 cubicaba ya 1.108 cm3 por los 903 de Seat. Pero el Panda de motor de “alta compresión” idéntico al del Seat 127, sí que ofrecía 45 CV y unas prestaciones superiores a las del R4 TL… pero era más caro. ¿Cuál es mejor? Ambos coches estaban casi empatados en precio, algo más de 650.000 ptas., lo que hoy serían unos 4.000 €. Casi lo que valen como clásicos. Y no olvidemos que el R4 era de un diseño claramente más antiguo… La conclusión que escribí entonces, no tiene sentido ahora. Porque hacía referencia a que la estética del Panda era una ventaja definitiva y lo argumentaba así: “Un joven empleado de banca que quiere un coche, no compraría un R4”. Además, el Panda, en ciudad, era claramente más ágil. Coche del día. Voy a elegir el Honda Accord “Aerodeck” de 1985. Me encantaba ese coche y su motor, que en la versión 1.8 litros de 8 válvulas e inyección ofrecía 122 CV. Y, como todos los Honda, una calidad y una finura que hoy están muy bien, pero que en 1985 resultaban llamativas.
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Uno nunca tuvo más de tres puertas… mientras que el otro nunca tuvo menos de cinco. Uno de ellos nació en 1980, el otro casi 20 años antes. Y fueron rivales. ¿Qué tenían en común? Sin duda, ser baratos, pero sobre todo ser coches muy honestos… Coches que nacieron en momentos históricos distintos, con objetivos distintos pero que acabaron, en las España de los 80, siendo rivales. Y no es la primera vez que se me ocurre compararlos: En noviembre del 85 convencí a mi jefe para que me dejase hacer una comparativa del Renault 4 TL y del Seat Panda 40. ¿Y cuál era la conclusión? Hablemos del R4. Al comenzar la década de los 60 la parte baja de la gama Renault, como la de muchos otros fabricantes, estaba cubierta con modelo “todo atrás”. Ya había dos excepciones: Una el Mini, que había nacido poco antes, en el 59. Pero la otra excepción a Renault le pillaba cerca, muy cerca: El Citroën 2CV, un coche nacido nada menos que en el 48, pero que tenía la fórmula de la eterna juventud, porque estuvo en producción… ¡hasta 1990! Nada menos que 42 años… Renault quería una especie de 2CV, pero más moderno, más bonito, más potente y, sobre todo, más Renault. Y en agosto de 1961, en el Salón de Fráncfort, presentó en R4. Apenas 3 años después se habían fabricado medio millón de R4 y menos de cinco años después de ser presentado, se alcanzó la cifra de un millón. Y es que el R4 acertó en la diana. Su motor de 4 cilindros inicialmente de 748 cm3 y refrigeración líquida, era una joya. Las suspensiones con barras de torsión, iban bien en los caminos, pero el coche no balanceaba tanto con un 2CV. Y su diseño, obra del equipo de la propia marca capitaneado por Robert Barthaud quizá no enamoró, pero convenció. Y vamos con el Fiat que después fue Seat. En 1980, Fiat quería lanzar al mercado un coche muy accesible, que fuese práctico, muy sencillo, barato de fabricar, que utilizase la mayor cantidad posible de elementos ya existentes y… que además fuese bonito. Y para obrar este milagro, recurrieron al mejor: Giugetto Giugaro, que consiguió, trabajando hombro con hombro con los ingenieros de Fiat, cumplir ese difícil pliego de condiciones. Para empezar, diseño un coche con un parabrisas plano, más barato imposible, pero con una bonita y moderno línea en cuña que permitía una gran practicidad. Para el motor y el tren delantero si utilizó, directamente, el del 127. Pero… y es que el Panda tiene un “pero” muy grande. En esa comparativa del R4 TL frente al Seat Panda 40 decía que el R4, con un esquema de suspensión prácticamente idéntico al del R5, pero menores prestaciones, daba sensación de una estabilidad total. ¿Y que decía del Panda? Os voy a leer, literalmente, lo que puse en esa comparativa: “La suspensión trasera no da la talla. La búsqueda del aprovechamiento del espacio y de los bajos costes ha dado lugar a una suspensión que, además de ser incómoda, no guía correctamente el tren trasero en sentido transversal. Frente a frente. Como he comentado al comenzar este vídeo, eran coches de generaciones diferentes que las circunstancias, especialmente en España, los convirtió en rivales. Más que rivales, hablaría de alternativas. Porque, aunque eran coches muy diferentes, tenían un precio similar, unas prestaciones similares, aunque con el Panda por delante, una habitabilidad similar a pesar de la diferencia en número de puertas y un equipamiento, muy escaso, también equivalente. Bueno, en realidad hubo un R4 “3 puertas”… ¡la furgoneta! En este comparativa el Seat Panda probado era el de baja compresión, adaptado a la gasolina “barata” que había entonces, de 85 NO y que ahora no hay. Ese motor anunciaba 42 CV, aunque daba menos de 40, mientras que el R4 anunciaba 38 CV y estaba por ahí. Y eso que el R4 cubicaba ya 1.108 cm3 por los 903 de Seat. Pero el Panda de motor de “alta compresión” idéntico al del Seat 127, sí que ofrecía 45 CV y unas prestaciones superiores a las del R4 TL… pero era más caro. ¿Cuál es mejor? Ambos coches estaban casi empatados en precio, algo más de 650.000 ptas., lo que hoy serían unos 4.000 €. Casi lo que valen como clásicos. Y no olvidemos que el R4 era de un diseño claramente más antiguo… La conclusión que escribí entonces, no tiene sentido ahora. Porque hacía referencia a que la estética del Panda era una ventaja definitiva y lo argumentaba así: “Un joven empleado de banca que quiere un coche, no compraría un R4”. Además, el Panda, en ciudad, era claramente más ágil. Coche del día. Voy a elegir el Honda Accord “Aerodeck” de 1985. Me encantaba ese coche y su motor, que en la versión 1.8 litros de 8 válvulas e inyección ofrecía 122 CV. Y, como todos los Honda, una calidad y una finura que hoy están muy bien, pero que en 1985 resultaban llamativas.
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