La escolarización que me persigue

El Anecdotario

Hoy tenemos un episodio que involucra niños, y un tema en particular con el que los papás muchas veces nos obsesionamos: Su educación.

Uno de los debates más grandes en EEUU por esta época es ese: Qué se les debería y qué no se les debería enseñar a los niños en el colegio. ¿Les enseñamos sobre la gente gay? ¿Sobre racismo? ¿Les hacemos leer libros que los hagan sentirse incómodos, o que nos incomoden a nosotros un poco? Las peleas se salen de control. He visto a personas en juntas escolares decir que los profesores quieren volver gays a los niños. He visto intentos por cancelar clásicos como "To kill a Mockingbird", de Harper Lee, o el mismísimo "Diario de Anne Frank". Extremistas de un lado quieren cancelar a Maus, de Art Spiegelman. Y extremistas del otro lado quieren cancelar a Dr. Seuss o a Harry Potter.

Ya sé que muchos están pensando “ugh, qué pereza este tipo hablando de esta mierda”. No, les prometo que el tema no es ese, porque sí, es muy aburridor. Pero mencionaba todo eso para entrar en el episodio de hoy, que sí es sobre educación, y sobre las preguntas que los padres nos hacemos: ¿Deberíamos tener a los niños en una escuela pública o privada? ¿En un colegio bilingüe, campestre, innovador, tradicional? Por supuesto que todas estas opciones nos agobian. De la educación que reciban nuestros hijos dependerá su futuro. Si les fallamos en la infancia serán adultos fracasados. ¿Sí, es así? ¿Los adultos somos producto del éxito o el fracaso de nuestros padres? ¿Nada más que una consecuencia? No lo creo, pero ahora que soy padre de dos adolescentes y uno de 20 años, es una tortura muy real. Si no se gradúan de un buen colegio, o de una gran universidad, o si no cursan una gran carrera, pensamos que algo hicimos mal.