SALMOS 31. EL HOMBRE, ESTÁ EN LAS MANOS DE DIOS.

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EL HOMBRE, ESTÁ EN LAS MANOS DE DIOS. SALMOS 31:9 Ten misericordia de mí, SEÑOR, porque estoy angustiado. Las lágrimas me nublan la vista; mi cuerpo y mi alma se marchitan. 13 He oído cantidad de rumores sobre mí, y el terror me rodea. Mis enemigos conspiran en mi contra, hacen planes para quitarme la vida. 14 Pero yo confío en ti, oh SEÑOR, digo: ¡Tú eres mi Dios!». 15 Mi futuro está en tus manos; rescátame de los que me persiguen sin tregua. 16 Que tu favor brille sobre tu siervo; por causa de tu amor inagotable, rescátame. NTV. La vida en este mundo, para nada es fácil, ya que todos sus habitantes son susceptibles de padecer enfermedades y persecuciones. Todo esto se debe a la incursión del pecado en este mundo. El pecado introdujo la enfermedad en este mundo y la maldad en el corazón de todos sus habitantes. A causa de esto, el ser humano es susceptible de sufrir aflicciones, en cualquier etapa de su vida, ya sea por alguna enfermedad, o por la persecución de otro ser humano. David el siervo de Dios, a lo largo de su vida, padeció de estas dos aflicciones. Unas veces tuvo que sufrir a causa de las enfermedades y en otras ocasiones, tuvo que sufrir a causa de las persecuciones por parte de sus enemigos. La vida puede ser dura y pesada aun para los hijos de Dios, y la vida de David fue un claro ejemplo de esto, ya que el siervo de Dios, constantemente sufrió persecuciones, ya sea por los enemigos que provenían de los reinos vecinos, por el ejército de su país, por órdenes de Saúl, e incluso, en cierta ocasión, fue perseguido por su propio hijo. En cierta ocasión, los enemigos de David, conspiraron y planificaron su muerte. Esta conspiración causó temor al ungido de Dios, pues los rumores de la asechanza de sus enemigos, venían de toda dirección. Esos rumores causaron que se angustie, hasta el punto que derramó lágrimas, las cuales nublaron su vista, marchitaron su cuerpo y su alma. En medio de su angustia, el salmista clamó por misericordia al eterno Creador, y demostró la confianza que tenía en Él, pese a la situación adversa que estaba atravesando. La adversidad es mucho más fácil de aceptar cuando el hombre reconoce su verdadera relación con la soberanía de Dios. A pesar de que pueda parecer que sus enemigos tengan el dominio, ya que finalmente son ellos los que están desamparados y desesperanzados, porque no tienen el poder de Dios de su parte. Aquellos que conocen a Dios tendrán la victoria final y David lo sabía, por eso confiaba en el poder de Dios para liberarlo de sus enemigos. En su clamor, el salmista también reconoció que su vida estaba en las poderosas manos de Dios, y le pidió que le rescatara de los que le perseguían sin tregua. Que su favor brille sobre él; por causa de su amor inagotable para con sus siervos. David en su clamor expresó simplemente su creencia de que todas las circunstancias de la vida están bajo el dominio de Dios, aun la persecución de la cual era objeto. Con la seguridad del dominio de Dios sobre toda la creación, apeló a su amor inagotable y le mostrara su favor liberándole de las garras de sus enemigos. Queridos hermanos, David en su clamor al eterno Creador, reconoció que todo lo que acontecía en su vida, estaba bajo el control de Dios, por eso, a pesar de la persecución de la que era objeto, mantuvo su confianza en Dios y en su amor inagotable. Por eso confiadamente, le pidió que le mostrara su misericordia, liberándole de la amenaza enemiga. Hermanos, al igual que David, debemos reconocer que todo lo que acontece en nuestras vidas, está bajo el control de Dios, no solo las bendiciones, sino también las pruebas. Aceptar la soberanía que Dios tiene sobre nuestras vidas, nos ayudará a sobrellevar cualquier adversidad que nos sobrevenga, confiando en que Dios, muy pronto nos mostrará su misericordia, y nos liberará de las aflicciones por su amor inagotable por nosotros. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message