El recurso que llevó a los “Neuroderechos” a la justicia

Crónica Estéreo LT

A fines del 2021, Chile se convirtió en el primer país del mundo en consagrar la protección de los llamados “neuroderechos” de sus ciudadanos en su constitución. La preocupación por cautelar los derechos humanos emergentes del desarrollo científico y tecnológico, particularmente de las llamadas neurotecnologías, ha sido una bandera de lucha de activistas y entusiastas en todo el mundo desde diferentes disciplinas, incluyendo un grupo de investigadores de avanzada en esta área. Uno de ellos, y probablemente quien más ha levantado la voz, es el neurocientífico español Rafael Yuste, quien además de destacarse en su trabajo científico preside la Fundación NeuroRights, basada en Nueva York. Yuste ha visitado muchas veces Chile, ha sido un frecuente expositor en el Congreso del Futuro y ha sido un activo asesor de los legisladores chilenos que presentaron y sacaron adelante la reforma constitucional relativa a los “neuroderechos” en nuestro país.
El principio es simple y no requiere demasiada ciencia ficción apocalíptica para ser tomado en serio: a medida que determinadas tecnologías avanzan, los desarrollos capaces de “leer” nuestra mente -es decir, deducir intenciones o pensamientos a partir de determinada actividad neuronal- se harán realidad. Ello no sólo supone la necesidad de proteger nuestra intimidad y privacidad, sino también prevenir un escenario donde la implantación de ideas o pensamientos sea factible. Es el tipo de preocupaciones que en nuestro país han motivado a un grupo de profesionales a organizarse en torno a instancias como, la Fundación Kamanau, la Fundación Encuentros del Futuro o a personas como el ex senador Guido Girardi, quien ha estado abogando y articulando la acción por este tema y fue una de las fuerzas tras la reforma constitucional que reconoció los “neuroderechos” en Chile.
Es el propio ex senador Girardi quien protagonizó otro paso en la ofensiva por crear conciencia sobre el tema. Fue él quien, personalmente, presentó un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago el 26 de abril de 2022, convirtiéndose en el primer recurso judicial interpuesto en virtud de la protección constitucional de los neuroderechos. Representado por el abogado Ciro Colombara, el recurso va dirigido contra la compañía estadounidense Emotiv, fabricante de varios dispositivos que registran e interpretan la actividad cerebral de sus usuarios y almacena sus datos en la nube. El texto acusa que con ello la compañía priva, perturba y/o amenaza el legítimo ejercicio de varias garantías fundamentales: el derecho a la integridad mental, el derecho a la integridad física y psíquica, el derecho a la vida privada, el derecho a la libertad de conciencia y el derecho a la propiedad.
Se trata, desde luego, de una acción judicial que tiene la intención de marcar un punto social en torno al tema sobre el cual un grupo de personas viene abogando hace tiempo, y que más allá del reconocimiento constitucional de los “neuroderechos” hoy busca crear conciencia y avanzar hacia una regulación más completa en todo el sistema. Para conocer los detalles e intenciones de esta acción, hoy conversamos con uno de esos activistas.
Moisés Sánchez es el director ejecutivo de la Fundación Kamanau, y es quien nos guía hoy para entender mejor el plan tras el primer recurso judicial en torno a la protección de los llamados “neuroderechos”.