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Episodio 91 – ¡Esto es un curso de hablar en público en 25’!

25:36
 
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Tienes ante ti todo un curso de hablar en público en menos de 25 minutos.

Sígue las indicaciones que te explico en el capítulo y hablarás mejor en público que el 90% de las personas.

Hoy me he propuesto el reto de que este capitulo sea una especie de mini curso de hablar en público de 25’, algo que te sirva como guía si tienes que realizar cualquier tipo de presentación.

Así que no me voy a ir mucho por las ramas porque hay varias cosas a tener en cuenta.

Voy a tratar 4 ejes.
  1. En el primero voy a explicarte las ideas que deben guiar el diseño de tu presentación.
  2. En el segundo, voy a hablarte del papel de la audiencia.
  3. En el tercero trataré los aspectos básicos del diseño.
  4. Y en el cuarto los elementos esenciales a tener en cuenta cuando estás delante del público.

Evidentemente, no puedo ser exhaustivo, ni lo pretendo. Lo que quiero es hablarte de los elementos imprescindibles para que tu presentación tenga garantías de éxito.

Pues venga, comencemos con las ideas generales para el diseño. Estas ideas son cuestiones que no debes olvidar porque son como las características fundamentales que deben regir el diseño de tu presentación.

  1. La primera es que gran parte del éxito de tu presentación está, precisamente, en el diseño. Si quieres que tu presentación sea un éxito, no improvises y dedica tiempo al pensar en un buen diseño.
  2. La segunda idea es que nadie en el mundo viene a tu presentación a escucharte a ti. Me da igual que seas o que te creas un crack mundial en tu materia o que pienses que lo que vas a explicar es la bomba. Nadie viene a escucharte a ti. Las personas nos escuchan porque esperan que lo que les contemos les reporte un beneficio, sea éste el que sea.
  3. Y esto me lleva al tercer punto. Tienes que conectar con la audiencia y esto sólo se consigue si diseñas tu presentación poniéndola en el centro y dando respuesta a sus necesidades. Aquí el secreto está en ligar lo que tú quieres transmitir con lo que la audiencia quiere obtener, así que, te toca buscar este punto de conexión.
  4. La siguiente cuestión es conseguir captar, dirigir y mantener la atención de la audiencia durante toda la presentación. Esto es sumamente difícil y me temo que cada vez lo es más.

¿Cómo se consigue? La idea fundamental es que, si lo que cuentas es relevante para la audiencia, es más fácil que te presten atención, pero me temo que la cosa no es tan sencilla porque al cerebro le encanta divagar y si no logramos atraerlo y fijarlo, corremos el riesgo de perderlo.

Hay varios elementos que te ayudarán a fijar la atención de la audiencia. Por ejemplo, una estructura narrativa clara y fácil de seguir, tener muy clara la idea que quieres transmitir y hacerlo a través de una buena argumentación, con ejemplos, historias y anécdotas; utilizar ayudas visuales atractivas; hacer buenas transiciones entre las diversas partes de la presentación y una cosa muy importante sobre todo para las personas que realizáis presentaciones técnicas a audiencias que no lo son: adaptar la presentación y el lenguaje al nivel de la audiencia. La manera más sencilla de perder a una audiencia es conseguir que no te entienda.

5. La siguiente cuestión relevante es que seas breve. Lo más breve posible. Si tienes 1 hora de presentación, prepárala como si solo tuvieses 30’. Nunca nadie se quejó de que una presentación buena fuese breve pero sí de que una presentación fuese larga.

6. El último punto de este eje lo dedico a una cuestión clave. Una presentación solo puede tener una idea central. Una idea central es la tesis de la que me quieres convencer, es el leimotiv de tu charla. Si incluyes más de una idea central lo único que vas a conseguir es despistarme. La idea central es lo que después desarrollarás a lo largo de la presentación.

Desde luego que hay más cuestiones a tener en cuenta en esta apartado pero si tienes en cuenta éstas, estás en el 5% de personas que saben cómo hacer una presentación.

Pasemos al siguiente bloque: el papel de la audiencia.

Como he dicho anteriormente, toda presentación tiene sentido en tanto en cuanto hay una audiencia que nos escucha por tanto, igual que un actor o una actriz existe porque existe un público, tu presentación existe porque existe una audiencia a la que te diriges.

Pero, ¿cuál es tu rol y cuál es el rol de la audiencia? Mira, Si esto fuese Star Wars o La Guerra de las Galaxias, como se llamaba cuando yo era pequeño, tu audiencia es Luke Skywalker y tú eres el maestro Yoda.

Dicho de otra manera, tú eres el mentor que enseña cosas útiles y beneficiosas al héroe que es la audiencia. Dicho de otro modo, el héroe no eres tú.

Ahora toca conocer a la audiencia. Pregúntate quiénes son, que necesidades tienen, qué desean obtener de tu presentación, qué objetivos persiguen, qué piensan a priori sobre el tema que les vas a explicar, etc.

En definitiva, ponte en su lugar y averigua quiénes son y qué quieren.

Por último, hay otra cosa que tienes que decidir y es qué objetivo tienes para tu audiencia. Cualquier objetivo que te plantees pertenece a una de estas tres categorías: quieres generarles un estado emocional determinado, quieres inculcarles una idea determinada o quieres que lleven a cabo una acción concreta –o que dejen de hacerla–. Sea lo que sea que quieras, tengo claro.

Vamos al tercer eje, el diseño de la presentación.

Vamos a mantenerlo fácil porque, fundamentalmente, lo fácil funciona y lo fácil es lo que aprendimos de pequeños en el colegio, que una buena historia consta de una introducción, un nudo y un desenlace, así que nuestras presentaciones van a tener esta estructura.

Por supuesto que hay otras que se pueden utilizar pero ésta, la clásica, la vamos a poder utilizar prácticamente siempre.

Voy a explicar lo fundamental de las tres partes de la presentación.

La intro sirve para captar la atención del público y tenemos poco tiempo para conseguirlo porque en los primeros minutos la audiencia va a decidir si lo que le vas a contar les interesa o no.

Intenta comenzar de una forma sorprendente, no esperada. Rompe los esquemas de la audiencia porque así seguro que captas su atención.

La intro también sirve para explicarle a los oyentes por qué lo que les vas a contar les interesa, por qué es bueno que dediquen su tiempo a escucharte y a prestarte atención.

No supongas que ya lo saben o que llegarán a esa conclusión después de escucharte. Díselo tú para que no quede ningún lugar a la duda.

La intro también sirve para avanzar las ideas básicas que vas a trasladar. Es lo que podríamos llamar un tráiler, es decir, avanzas lo que va a venir. Esto lo haces para generar expectativa y mantener la atención y para ayudar a la audiencia a organizar en su mente lo que le vas a contar.

En esto consiste la intro de tu presentación. Sólo tienes que tener en cuenta una cosa más: debe durar entre un 5 y un 10% del total.

Ahora, atención porque paso directamente al desenlace y lo hago porque, fundamentalmente, el desenlace es una introducción con los pasos al revés.

Fíjate: lo primero que hacemos en el desenlace es un resumen de las ideas principales que has transmitido en la presentación, es decir, el tráiler ahora se convierte en resumen.

A continuación lo que hacemos es recordar la relevancia que para la audiencia tiene lo que has explicado: por qué tienen que hacerte caso, qué pasa si no lo hacen y qué beneficio van a obtener.

Seguidamente, será el turno de la llamada a la acción. Tienes que decirle a la audiencia qué tiene que hacer, qué les pides que hagan. Recuerda que el fin de una presentación es convencer de algo a alguien pero no porque sí, si no porque quieres que pasen a la acción de alguna manera, así que, diles qué les pides.

Por último, el cierre el desenlace corresponderá con una frase impactante, algo que recuerden como colofón de la presentación. Hazlo pero recuerda que tiene que ser realmente impactante para que quede en la memoria de la audiencia. La frase impactante es el regusto final que vas a dejar, así que dedica tiempo a pensarla bien.

Y si crees que ya has acabado, tengo que decirte que … no. Tu presentación, siempre, siempre, tiene que acabar con esta palabra: gracias!

Y no sólo por una cuestión de educación, si no para dejar bien claro que has acabado. Hay veces que la audiencia no lo tiene claro y se produce un momento de incertidumbre en el que no saben qué tienen que hacer, si aplaudir o seguir escuchando.

Con un gracias aumentas la posibilidad de que te aplaudan, cosa que te conviene, no solo por una cuestión de ego, sino porque si recibes aplausos, la audiencia va a percibir más valor en lo que acaban de recibir.

Ahora sí, vamos al nudo. Aquí es donde desarrollas el verdadero contenido de la presentación.

Vamos con las cuestiones imprescindibles. Lo primero, presenta pocas ideas y arguméntalas bien. Cuando digo pocas, me refiero a que sean, a lo sumo, 3. El motivo es que las personas no retenemos mucha información y si me das mucha información, me pones complicado el poder seguirte y si no te sigo, es más difícil que me convenzas.

Presenta solo ideas que verdaderamente, sean relevantes para sostener tu idea principal. Elimina todo lo que sea superfluo. Menos, siempre es más.

Cuando presentes las ideas, recuerda hacerlo de forma atractiva. Pon ejemplos, cuenta anécdotas y metáforas y, por encima de todo, recuerda a la audiencia por qué es importante lo que dices y cómo les afecta.

Cuando pases de un tema a otro, haz buenas transiciones para que el público tenga sensación de continuidad. Hay veces que parece como si lo que cuenta el presentador ahora no tuviese relación con lo anterior y esto, corta la fluidez del discurso.

Evidentemente, hay muchas más cosas en este punto pero, una vez más, si atiendes a éstas y la pones en juego tus presentaciones van a ser mucho más efectivas que las de la inmensa mayoría de personas.

Pasemos al último eje, las cuestiones básicas encima del escenario o delante del público.

Primero de todo. Ensaya, ensaya y ensaya. Ensaya hasta que la presentación surja natural.

Hay personas que dicen que seas tú mismo o tú misma y yo digo que sólo tienes que ser tú mismo si vas a actuar correctamente. Si ser tú mismo significa que vas a estar delante de la audiencia con una energía baja, con una voz monótona y sin ningún tipo de chispa, por Dios, no seas tú mismo. Busca a alguien que te guste y cópialo. Ensaya hasta que te surja natural. Como dicen los yankis «fake it until you make it», fíngelo hasta que sea natural.

Otro punto importante es la voz. Modula tu voz para evitar que sea monótona. Varía el ritmo, la velocidad, la entonación. Pon intención en lo que dices y sé congruente. Si vas a hablar de algo alegre, demuéstralo con la voz. Si vas a decir algo triste, hazlo con la voz; si quieres motivar o entusiasmar, no puedes decirlo de la misma manera que si quieres relajar los ánimos.

Lo mismo ocurre con el resto de tu comunicación no verbal. Sé congruente entre lo que dices verbalmente y lo que dice tu cuerpo.

Mira a toda la audiencia, aunque sean muchos, tienen que tener la sensación de que les hablas a ellos, de que les estás contando la charla de forma particular. Para mí, este es uno de los trucos para enganchar. La mirada es la mejor manera de conseguir que las personas no se dispersen, de mantener una cierta atención.

El último aspecto que quiero comentar tiene que ver con cómo te mueves por el escenario. Recorre todo el escenario pero hazlo con control, sin que parezca que estás de paseo como un turista.

En realidad, la cuestión no es moverse o no, si no tener control sobre el movimiento. Hay fantásticas presentaciones en las que los ponentes no se mueven de un pequeño círculo en el escenario, por ejemplo, en las charlas TED y, sin embargo, son charlas muy dinámicas.

En realidad el dinamismo se transmite con la expresión de todo el cuerpo, con los gestos y con la voz, no tanto con caminar o no por el escenario. Mi consejo es que te grabes y te veas; esta es la mejor manera de ver posibles movimientos indeseados o posibles cambios que quieras incorporar.

Y hasta aquí el curso express de hablar en público en 25’. Reto conseguido.

Estoy seguro de que si sigues estas recomendaciones tus presentaciones van a dar un salto cualitativo enorme. En cualquier caso, me gustaría que me lo explicases a través del cuestionario de contacto de interaccionhumana.es.

Por otro lado, si quieres recibir más trucos y consejos como estos, suscríbete a la newsletter. Ahí te voy a explicar las cosas que no puedo explicar por aquí. Puedes hacerlo en interaccionhumana.es/blog.

Y ahora sí, hasta aquí llegó el capítulo 91 de «Créeme lo que te digo».

Una día más, muchísimas gracias por estar ahí, por tus valoraciones de 5 estrellas en Apple Podcast y tus «me gusta» en la plataforma desde la que me escuchas.

En 15 días más, en 15 días nos volveremos a encontrar. Será en el episodio 92 de «Créeme lo que te digo».

Hasta entonces, hazme un favor, sé convincentemente feliz.

Hasta luego persuasores.

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Sígue las indicaciones que te explico en el capítulo y hablarás mejor en público que el 90% de las personas.

Hoy me he propuesto el reto de que este capitulo sea una especie de mini curso de hablar en público de 25’, algo que te sirva como guía si tienes que realizar cualquier tipo de presentación.

Así que no me voy a ir mucho por las ramas porque hay varias cosas a tener en cuenta.

Voy a tratar 4 ejes.
  1. En el primero voy a explicarte las ideas que deben guiar el diseño de tu presentación.
  2. En el segundo, voy a hablarte del papel de la audiencia.
  3. En el tercero trataré los aspectos básicos del diseño.
  4. Y en el cuarto los elementos esenciales a tener en cuenta cuando estás delante del público.

Evidentemente, no puedo ser exhaustivo, ni lo pretendo. Lo que quiero es hablarte de los elementos imprescindibles para que tu presentación tenga garantías de éxito.

Pues venga, comencemos con las ideas generales para el diseño. Estas ideas son cuestiones que no debes olvidar porque son como las características fundamentales que deben regir el diseño de tu presentación.

  1. La primera es que gran parte del éxito de tu presentación está, precisamente, en el diseño. Si quieres que tu presentación sea un éxito, no improvises y dedica tiempo al pensar en un buen diseño.
  2. La segunda idea es que nadie en el mundo viene a tu presentación a escucharte a ti. Me da igual que seas o que te creas un crack mundial en tu materia o que pienses que lo que vas a explicar es la bomba. Nadie viene a escucharte a ti. Las personas nos escuchan porque esperan que lo que les contemos les reporte un beneficio, sea éste el que sea.
  3. Y esto me lleva al tercer punto. Tienes que conectar con la audiencia y esto sólo se consigue si diseñas tu presentación poniéndola en el centro y dando respuesta a sus necesidades. Aquí el secreto está en ligar lo que tú quieres transmitir con lo que la audiencia quiere obtener, así que, te toca buscar este punto de conexión.
  4. La siguiente cuestión es conseguir captar, dirigir y mantener la atención de la audiencia durante toda la presentación. Esto es sumamente difícil y me temo que cada vez lo es más.

¿Cómo se consigue? La idea fundamental es que, si lo que cuentas es relevante para la audiencia, es más fácil que te presten atención, pero me temo que la cosa no es tan sencilla porque al cerebro le encanta divagar y si no logramos atraerlo y fijarlo, corremos el riesgo de perderlo.

Hay varios elementos que te ayudarán a fijar la atención de la audiencia. Por ejemplo, una estructura narrativa clara y fácil de seguir, tener muy clara la idea que quieres transmitir y hacerlo a través de una buena argumentación, con ejemplos, historias y anécdotas; utilizar ayudas visuales atractivas; hacer buenas transiciones entre las diversas partes de la presentación y una cosa muy importante sobre todo para las personas que realizáis presentaciones técnicas a audiencias que no lo son: adaptar la presentación y el lenguaje al nivel de la audiencia. La manera más sencilla de perder a una audiencia es conseguir que no te entienda.

5. La siguiente cuestión relevante es que seas breve. Lo más breve posible. Si tienes 1 hora de presentación, prepárala como si solo tuvieses 30’. Nunca nadie se quejó de que una presentación buena fuese breve pero sí de que una presentación fuese larga.

6. El último punto de este eje lo dedico a una cuestión clave. Una presentación solo puede tener una idea central. Una idea central es la tesis de la que me quieres convencer, es el leimotiv de tu charla. Si incluyes más de una idea central lo único que vas a conseguir es despistarme. La idea central es lo que después desarrollarás a lo largo de la presentación.

Desde luego que hay más cuestiones a tener en cuenta en esta apartado pero si tienes en cuenta éstas, estás en el 5% de personas que saben cómo hacer una presentación.

Pasemos al siguiente bloque: el papel de la audiencia.

Como he dicho anteriormente, toda presentación tiene sentido en tanto en cuanto hay una audiencia que nos escucha por tanto, igual que un actor o una actriz existe porque existe un público, tu presentación existe porque existe una audiencia a la que te diriges.

Pero, ¿cuál es tu rol y cuál es el rol de la audiencia? Mira, Si esto fuese Star Wars o La Guerra de las Galaxias, como se llamaba cuando yo era pequeño, tu audiencia es Luke Skywalker y tú eres el maestro Yoda.

Dicho de otra manera, tú eres el mentor que enseña cosas útiles y beneficiosas al héroe que es la audiencia. Dicho de otro modo, el héroe no eres tú.

Ahora toca conocer a la audiencia. Pregúntate quiénes son, que necesidades tienen, qué desean obtener de tu presentación, qué objetivos persiguen, qué piensan a priori sobre el tema que les vas a explicar, etc.

En definitiva, ponte en su lugar y averigua quiénes son y qué quieren.

Por último, hay otra cosa que tienes que decidir y es qué objetivo tienes para tu audiencia. Cualquier objetivo que te plantees pertenece a una de estas tres categorías: quieres generarles un estado emocional determinado, quieres inculcarles una idea determinada o quieres que lleven a cabo una acción concreta –o que dejen de hacerla–. Sea lo que sea que quieras, tengo claro.

Vamos al tercer eje, el diseño de la presentación.

Vamos a mantenerlo fácil porque, fundamentalmente, lo fácil funciona y lo fácil es lo que aprendimos de pequeños en el colegio, que una buena historia consta de una introducción, un nudo y un desenlace, así que nuestras presentaciones van a tener esta estructura.

Por supuesto que hay otras que se pueden utilizar pero ésta, la clásica, la vamos a poder utilizar prácticamente siempre.

Voy a explicar lo fundamental de las tres partes de la presentación.

La intro sirve para captar la atención del público y tenemos poco tiempo para conseguirlo porque en los primeros minutos la audiencia va a decidir si lo que le vas a contar les interesa o no.

Intenta comenzar de una forma sorprendente, no esperada. Rompe los esquemas de la audiencia porque así seguro que captas su atención.

La intro también sirve para explicarle a los oyentes por qué lo que les vas a contar les interesa, por qué es bueno que dediquen su tiempo a escucharte y a prestarte atención.

No supongas que ya lo saben o que llegarán a esa conclusión después de escucharte. Díselo tú para que no quede ningún lugar a la duda.

La intro también sirve para avanzar las ideas básicas que vas a trasladar. Es lo que podríamos llamar un tráiler, es decir, avanzas lo que va a venir. Esto lo haces para generar expectativa y mantener la atención y para ayudar a la audiencia a organizar en su mente lo que le vas a contar.

En esto consiste la intro de tu presentación. Sólo tienes que tener en cuenta una cosa más: debe durar entre un 5 y un 10% del total.

Ahora, atención porque paso directamente al desenlace y lo hago porque, fundamentalmente, el desenlace es una introducción con los pasos al revés.

Fíjate: lo primero que hacemos en el desenlace es un resumen de las ideas principales que has transmitido en la presentación, es decir, el tráiler ahora se convierte en resumen.

A continuación lo que hacemos es recordar la relevancia que para la audiencia tiene lo que has explicado: por qué tienen que hacerte caso, qué pasa si no lo hacen y qué beneficio van a obtener.

Seguidamente, será el turno de la llamada a la acción. Tienes que decirle a la audiencia qué tiene que hacer, qué les pides que hagan. Recuerda que el fin de una presentación es convencer de algo a alguien pero no porque sí, si no porque quieres que pasen a la acción de alguna manera, así que, diles qué les pides.

Por último, el cierre el desenlace corresponderá con una frase impactante, algo que recuerden como colofón de la presentación. Hazlo pero recuerda que tiene que ser realmente impactante para que quede en la memoria de la audiencia. La frase impactante es el regusto final que vas a dejar, así que dedica tiempo a pensarla bien.

Y si crees que ya has acabado, tengo que decirte que … no. Tu presentación, siempre, siempre, tiene que acabar con esta palabra: gracias!

Y no sólo por una cuestión de educación, si no para dejar bien claro que has acabado. Hay veces que la audiencia no lo tiene claro y se produce un momento de incertidumbre en el que no saben qué tienen que hacer, si aplaudir o seguir escuchando.

Con un gracias aumentas la posibilidad de que te aplaudan, cosa que te conviene, no solo por una cuestión de ego, sino porque si recibes aplausos, la audiencia va a percibir más valor en lo que acaban de recibir.

Ahora sí, vamos al nudo. Aquí es donde desarrollas el verdadero contenido de la presentación.

Vamos con las cuestiones imprescindibles. Lo primero, presenta pocas ideas y arguméntalas bien. Cuando digo pocas, me refiero a que sean, a lo sumo, 3. El motivo es que las personas no retenemos mucha información y si me das mucha información, me pones complicado el poder seguirte y si no te sigo, es más difícil que me convenzas.

Presenta solo ideas que verdaderamente, sean relevantes para sostener tu idea principal. Elimina todo lo que sea superfluo. Menos, siempre es más.

Cuando presentes las ideas, recuerda hacerlo de forma atractiva. Pon ejemplos, cuenta anécdotas y metáforas y, por encima de todo, recuerda a la audiencia por qué es importante lo que dices y cómo les afecta.

Cuando pases de un tema a otro, haz buenas transiciones para que el público tenga sensación de continuidad. Hay veces que parece como si lo que cuenta el presentador ahora no tuviese relación con lo anterior y esto, corta la fluidez del discurso.

Evidentemente, hay muchas más cosas en este punto pero, una vez más, si atiendes a éstas y la pones en juego tus presentaciones van a ser mucho más efectivas que las de la inmensa mayoría de personas.

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Primero de todo. Ensaya, ensaya y ensaya. Ensaya hasta que la presentación surja natural.

Hay personas que dicen que seas tú mismo o tú misma y yo digo que sólo tienes que ser tú mismo si vas a actuar correctamente. Si ser tú mismo significa que vas a estar delante de la audiencia con una energía baja, con una voz monótona y sin ningún tipo de chispa, por Dios, no seas tú mismo. Busca a alguien que te guste y cópialo. Ensaya hasta que te surja natural. Como dicen los yankis «fake it until you make it», fíngelo hasta que sea natural.

Otro punto importante es la voz. Modula tu voz para evitar que sea monótona. Varía el ritmo, la velocidad, la entonación. Pon intención en lo que dices y sé congruente. Si vas a hablar de algo alegre, demuéstralo con la voz. Si vas a decir algo triste, hazlo con la voz; si quieres motivar o entusiasmar, no puedes decirlo de la misma manera que si quieres relajar los ánimos.

Lo mismo ocurre con el resto de tu comunicación no verbal. Sé congruente entre lo que dices verbalmente y lo que dice tu cuerpo.

Mira a toda la audiencia, aunque sean muchos, tienen que tener la sensación de que les hablas a ellos, de que les estás contando la charla de forma particular. Para mí, este es uno de los trucos para enganchar. La mirada es la mejor manera de conseguir que las personas no se dispersen, de mantener una cierta atención.

El último aspecto que quiero comentar tiene que ver con cómo te mueves por el escenario. Recorre todo el escenario pero hazlo con control, sin que parezca que estás de paseo como un turista.

En realidad, la cuestión no es moverse o no, si no tener control sobre el movimiento. Hay fantásticas presentaciones en las que los ponentes no se mueven de un pequeño círculo en el escenario, por ejemplo, en las charlas TED y, sin embargo, son charlas muy dinámicas.

En realidad el dinamismo se transmite con la expresión de todo el cuerpo, con los gestos y con la voz, no tanto con caminar o no por el escenario. Mi consejo es que te grabes y te veas; esta es la mejor manera de ver posibles movimientos indeseados o posibles cambios que quieras incorporar.

Y hasta aquí el curso express de hablar en público en 25’. Reto conseguido.

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