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1329. Claves para un verano saludable.

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Comer de manera saludable durante el periodo vacacional parece misión imposible.
Realizamos más comidas fuera de casa, quedamos con amigos, con familia, en las terrazas, las vacaciones, las altas temperaturas…
¿Qué supone esta época del año para todos los que, de alguna forma u otra, queremos mejorar o mantener una buena alimentación y no tirar por tierra nuestros objetivos dietético-nutricionales durante estos meses de calor?
El verano podría ser, por un lado, el MEJOR momento del año para cuidarnos… los días son más largos (invitan más a salir, practicar deporte al aire libre, por ejemplo…) guisamos menos (llevamos a cabo elaboraciones más sencillas, ensaladas, gazpachos, cremas frías…)
Pero a la vez puede tratarse de la peor época para buscar un objetivo dietético enfocado en la pérdida de peso…este hecho tiene una explicación sencilla: los días más largos (más tiempo de terraceo, con los amigos), más calor (las altas temperaturas no invitan a practicar tanto deporte)...así que lo que suele ocurrir es que descuidamos un poco más nuestros hábitos alimentarios, a la vez que nos volvemos más sedentarios.
Aquí sería importante recordar que es recomendable la práctica de ejercicio físico en horas menos punteras de calor: salir a primera hora de la mañana o a última hora del día puede ayudar o favorecer la motivación para no perder nuestras rutinas físicas. Además de que salir en horas puntas de calor puede ser peligroso para nuestro estado de salud.
Hoy os traigo 10 tips o consejos para intentar mantener unos hábitos lo más saludables posibles. Así que allá vamos!
Hidratarnos correctamente: el agua debe ser nuestra bebida principal. Si escogemos refrescos, bebidas azucaradas, bebidas con alguna graduación alcohólica…lo que haremos es aumentar nuestro factor de riesgo de padecer sobrepeso, caries, dislipemias, HTA…
Así que siempre que podamos, escoger AGUA como bebida de elección.
Incluir, al menos, 2 raciones de Verduras al día: sobre todo en las principales ingestas, comida y cena, ya que así estamos favoreciendo la absorción del hierro de nuestras fuentes proteicas (carne, pescado, legumbres…) por ejemplo, podemos hacer una ensalada de lentejas, en la que añadamos pimiento verde, brotes tiernos y tomate… Otro ejemplo podría ser unos muslos de pollo con guarnición de verduras variadas…debemos intentar que la composición de nuestros platos tengan esta estructura de Verdura+proteína. Además, estaremos aportando más fibra dietética a nuestras elaboraciones, nuestras digestiones serán mejores y reduciremos el impacto del resto de ingestas que podamos realizar al cabo del día.
Fruta de postre: en vez de tomar un postre lácteo, vamos a intentar escoger esa pieza de fruta de temporada. Aquí ya estaremos desplazando la ingesta de azúcares libres y de postres hipercalóricos. Además, la fruta tiene ese efecto saciante debido a la fibra que contiene. Y, si es de temporada, que además ahora en verano tenemos mucha variedad de fruta, mucho mejor: una tajada de sandía, unas cerezas, un melocotón, una nectarina, un trozo de melón…
Calidad proteica de nuestras elecciones: que quiere decir? pues en general ingerimos más fuentes proteicas animales que vegetales. Vamos a intentar reducir el consumo de proteína animal y a incrementar el de proteína vegetal…más ensaladas de legumbres, por ejemplo. Tienen un menor impacto ambiental, son una buena fuente de CH complejos, a parte de fuente proteica…
Y si decidimos escoger proteína animal, priorizar el consumo de carnes blancas magras (pollo, pavo, conejo) y evitar aquellas elaboraciones más procesadas como pueden ser los frankfurts, las hamburguesas, las salchichas, surimis, barritas de pescado rebozadas…aquí incluímos también el consumo de embutidos, y recordar que disponemos de alternativas vegetales buenísimas, como ya os he mencionado hace un momento, las legumbres, y también las carnes vegetales (tofu, tempeh, seitán…)...podemos elaborar untables vegetales para nuestros desayunos y meriendas, un Hummus de garbanzos, un babá ganoush…
Consumir hidratos de carbono acordes a nuestra actividad física: los hidratos de carbono son necesarios para obtener energía, son una buena fuente de macros y están demasiado demonizados…pero debemos recordar que, si somos personas sedentarias, que no superamos los 10.000 pasos diarios, que no practicamos ejercicio físico de forma diaria, que nuestro trabajo no requiere de mucho esfuerzo físico (oficinas, comercios…)
Así, es mejor seguir el patrón de ración de verdura + proteína en nuestras ingestas principales, y limitar el consumo de hidratos al desayuno.
Ojo con el picoteo entre horas: en esta ingesta acostumbramos a incluir alimentos poco interesantes a nivel nutricional: bollería, galletas, que sí kitkat… vamos a intentar cambiar estas elecciones por frutos secos, por ejemplo, que son muy saciantes y nutritivos…o un snack de pepinos pequeños, unos cherrys… quizás no inviten tanto, pero pueden favorecer ese mantenimiento del peso corporal durante el verano, incluso puede favorecer la pérdida de peso…
Reducir la cantidad de azúcares añadidos: este punto va a ser consecuencia de todo lo mencionado anteriormente, esa reducción del consumo de postres lácteos azucarados (flanes, natillas, helados…), reducir el consumo de refrescos, zumos, los ultraprocesados del picoteo…pensad en esas salsas con las que muchas veces acompañamos nuestras comidas, o aquellas comidas preparadas, que solo hay que calentar en el micro y listo, como las lasañas, canelones… contienen azúcares que no estamos añadiendo nosotros con la cucharilla del azucarero, así que OJO con todas estas elaboraciones ya preparadas.
Control de la saciedad: es mejor centrarnos en platos con texturas enteras y reducir el consumo de purés, cremas, gazpachos… Si nuestro objetivo dietético es el de mantener o perder peso, vamos a ingerir todas esas verduras y hortalizas de los purés y las cremas enteras. Estaremos masticando, y ello generará saciedad. Mayor volumen en el plato, menor aporte calórico.
Especiar nuestros platos: las especias tienen propiedades beneficiosas para nuestra salud, son compuestos desecados que presentan sustancias bioactivas y fitoquímicos… podemos añadir cúrcuma a nuestros guisos, jengibre, canela a nuestros postres, para conseguir ese efecto de dulzor que nos aportaría el azúcar… Hay mil opciones distintas, tantas como especias hay en el mercado. Vamos a mejorar el sabor de nuestros platos y los harán más atractivos.
Escoger una buena fuente de grasas: no podemos olvidarnos de ese aceite de oliva virgen que tenemos en nuestro país, sobre todo muy utilizado en la dieta mediterránea. Es una fuente de grasas muy saludable y que podemos utilizar tanto en crudo como en caliente. Aún así, debemos escoger, siempre, una técnica de cocinado que requiera poco uso de grasas, ya que recordemos que las grasas son el macronutriente que mayor aporte calórico nos proporciona, esas 9 kcal/g de producto. Tampoco podemos olvidarnos del aguacate como fuente de grasas saludables, las semillas, los frutos secos tostados o crudos… incluir estas grasas en nuestras ingestas también van a mejorar nuestro perfil lipídico.
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Realizamos más comidas fuera de casa, quedamos con amigos, con familia, en las terrazas, las vacaciones, las altas temperaturas…
¿Qué supone esta época del año para todos los que, de alguna forma u otra, queremos mejorar o mantener una buena alimentación y no tirar por tierra nuestros objetivos dietético-nutricionales durante estos meses de calor?
El verano podría ser, por un lado, el MEJOR momento del año para cuidarnos… los días son más largos (invitan más a salir, practicar deporte al aire libre, por ejemplo…) guisamos menos (llevamos a cabo elaboraciones más sencillas, ensaladas, gazpachos, cremas frías…)
Pero a la vez puede tratarse de la peor época para buscar un objetivo dietético enfocado en la pérdida de peso…este hecho tiene una explicación sencilla: los días más largos (más tiempo de terraceo, con los amigos), más calor (las altas temperaturas no invitan a practicar tanto deporte)...así que lo que suele ocurrir es que descuidamos un poco más nuestros hábitos alimentarios, a la vez que nos volvemos más sedentarios.
Aquí sería importante recordar que es recomendable la práctica de ejercicio físico en horas menos punteras de calor: salir a primera hora de la mañana o a última hora del día puede ayudar o favorecer la motivación para no perder nuestras rutinas físicas. Además de que salir en horas puntas de calor puede ser peligroso para nuestro estado de salud.
Hoy os traigo 10 tips o consejos para intentar mantener unos hábitos lo más saludables posibles. Así que allá vamos!
Hidratarnos correctamente: el agua debe ser nuestra bebida principal. Si escogemos refrescos, bebidas azucaradas, bebidas con alguna graduación alcohólica…lo que haremos es aumentar nuestro factor de riesgo de padecer sobrepeso, caries, dislipemias, HTA…
Así que siempre que podamos, escoger AGUA como bebida de elección.
Incluir, al menos, 2 raciones de Verduras al día: sobre todo en las principales ingestas, comida y cena, ya que así estamos favoreciendo la absorción del hierro de nuestras fuentes proteicas (carne, pescado, legumbres…) por ejemplo, podemos hacer una ensalada de lentejas, en la que añadamos pimiento verde, brotes tiernos y tomate… Otro ejemplo podría ser unos muslos de pollo con guarnición de verduras variadas…debemos intentar que la composición de nuestros platos tengan esta estructura de Verdura+proteína. Además, estaremos aportando más fibra dietética a nuestras elaboraciones, nuestras digestiones serán mejores y reduciremos el impacto del resto de ingestas que podamos realizar al cabo del día.
Fruta de postre: en vez de tomar un postre lácteo, vamos a intentar escoger esa pieza de fruta de temporada. Aquí ya estaremos desplazando la ingesta de azúcares libres y de postres hipercalóricos. Además, la fruta tiene ese efecto saciante debido a la fibra que contiene. Y, si es de temporada, que además ahora en verano tenemos mucha variedad de fruta, mucho mejor: una tajada de sandía, unas cerezas, un melocotón, una nectarina, un trozo de melón…
Calidad proteica de nuestras elecciones: que quiere decir? pues en general ingerimos más fuentes proteicas animales que vegetales. Vamos a intentar reducir el consumo de proteína animal y a incrementar el de proteína vegetal…más ensaladas de legumbres, por ejemplo. Tienen un menor impacto ambiental, son una buena fuente de CH complejos, a parte de fuente proteica…
Y si decidimos escoger proteína animal, priorizar el consumo de carnes blancas magras (pollo, pavo, conejo) y evitar aquellas elaboraciones más procesadas como pueden ser los frankfurts, las hamburguesas, las salchichas, surimis, barritas de pescado rebozadas…aquí incluímos también el consumo de embutidos, y recordar que disponemos de alternativas vegetales buenísimas, como ya os he mencionado hace un momento, las legumbres, y también las carnes vegetales (tofu, tempeh, seitán…)...podemos elaborar untables vegetales para nuestros desayunos y meriendas, un Hummus de garbanzos, un babá ganoush…
Consumir hidratos de carbono acordes a nuestra actividad física: los hidratos de carbono son necesarios para obtener energía, son una buena fuente de macros y están demasiado demonizados…pero debemos recordar que, si somos personas sedentarias, que no superamos los 10.000 pasos diarios, que no practicamos ejercicio físico de forma diaria, que nuestro trabajo no requiere de mucho esfuerzo físico (oficinas, comercios…)
Así, es mejor seguir el patrón de ración de verdura + proteína en nuestras ingestas principales, y limitar el consumo de hidratos al desayuno.
Ojo con el picoteo entre horas: en esta ingesta acostumbramos a incluir alimentos poco interesantes a nivel nutricional: bollería, galletas, que sí kitkat… vamos a intentar cambiar estas elecciones por frutos secos, por ejemplo, que son muy saciantes y nutritivos…o un snack de pepinos pequeños, unos cherrys… quizás no inviten tanto, pero pueden favorecer ese mantenimiento del peso corporal durante el verano, incluso puede favorecer la pérdida de peso…
Reducir la cantidad de azúcares añadidos: este punto va a ser consecuencia de todo lo mencionado anteriormente, esa reducción del consumo de postres lácteos azucarados (flanes, natillas, helados…), reducir el consumo de refrescos, zumos, los ultraprocesados del picoteo…pensad en esas salsas con las que muchas veces acompañamos nuestras comidas, o aquellas comidas preparadas, que solo hay que calentar en el micro y listo, como las lasañas, canelones… contienen azúcares que no estamos añadiendo nosotros con la cucharilla del azucarero, así que OJO con todas estas elaboraciones ya preparadas.
Control de la saciedad: es mejor centrarnos en platos con texturas enteras y reducir el consumo de purés, cremas, gazpachos… Si nuestro objetivo dietético es el de mantener o perder peso, vamos a ingerir todas esas verduras y hortalizas de los purés y las cremas enteras. Estaremos masticando, y ello generará saciedad. Mayor volumen en el plato, menor aporte calórico.
Especiar nuestros platos: las especias tienen propiedades beneficiosas para nuestra salud, son compuestos desecados que presentan sustancias bioactivas y fitoquímicos… podemos añadir cúrcuma a nuestros guisos, jengibre, canela a nuestros postres, para conseguir ese efecto de dulzor que nos aportaría el azúcar… Hay mil opciones distintas, tantas como especias hay en el mercado. Vamos a mejorar el sabor de nuestros platos y los harán más atractivos.
Escoger una buena fuente de grasas: no podemos olvidarnos de ese aceite de oliva virgen que tenemos en nuestro país, sobre todo muy utilizado en la dieta mediterránea. Es una fuente de grasas muy saludable y que podemos utilizar tanto en crudo como en caliente. Aún así, debemos escoger, siempre, una técnica de cocinado que requiera poco uso de grasas, ya que recordemos que las grasas son el macronutriente que mayor aporte calórico nos proporciona, esas 9 kcal/g de producto. Tampoco podemos olvidarnos del aguacate como fuente de grasas saludables, las semillas, los frutos secos tostados o crudos… incluir estas grasas en nuestras ingestas también van a mejorar nuestro perfil lipídico.
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